Un exorcista entrevista al Diablo

Un exorcista entrevista al Diablo

D. MONDRONE
Edizioni PRO SANCTITATE

Quién es Satanás?

¿Qué quiere?

¿Cómo actúa?

DOMENICO MONDRONE   S.I.

1 ª  Edición Española 2004  (traducido de la 3ª edición Italiana   1976)

Editorial PRO SANCTITATERoma

PRÓLOGO

El Autor no está entre los que se avergüenzan de creer en la existencia del Diablo y de su nefasta actividad en el mundo y a veces  perjudicando a pobres individuos. El acepta totalmente la enseñanza de  Pablo VI, expuesta en el discurso  del 15 de noviembre de 1972.Además demuestra  haber tenido alguna experiencia directa con el Maligno en la práctica real de los exorcismos; añado además que he tenido intercambio de impresiones y de ideas con otros sacerdotes mejor entrenados en la misma experiencia. He leído ciertamente el libro de C. S. Lewis  Le Lettere  de Berlicche; pero es otra cosa. Sobre todo he tenido presente  la apreciable obra de Corrado Balducci Los endemoniados, y además  Era de diablo de A.Bohm y otros textos.En particular parece que el Autor  ha profundizado  en la famosa  meditación de Las dos Banderas, donde el santo de los Ejercicios Espirituales, con una gran eficacia representativa, nos hace ver al jefe de todos los demonios mientras, ” en figura horrible”, expone a los suyos su programa de acción y la táctica que utiliza para atrapar en sus redes a las almas y a las masas  enteras de hombres.En las páginas que siguen el Autor ha querido ofrecernos simplemente una ligera idea del ser y del comportamiento  de este ángel tenebroso que trabaja incansablemente  para hacernos daño.El Diablo es el mayor maestro de los engaños, es un embustero  de incomparable astucia, que no actúa el descubierto, sino en lo escondido; trabaja en la sombra, y siempre considera como inteligentes a quienes no creen en sus artimañas, e incluso niegan su existencia.. Así, los primeros en caer en sus redes son precisamente los sabiondos, los llamados ” espíritus fuertes”, los grandes iluminados de la ciencia de este mundo.”La astucia más perfecta del Demonio, ha escrito Charles Baudelaire, consiste en persuadirnos de que él no existe” Negar, por eso, la existencia y la acción del Maligno es comenzar a asegurarle ya su victoria sobre nosotros.El Autor, en base a su experiencia, cree que Dios puede tal vez permitir – como en el caso de los exorcismos – que el Maligno sea interlocutor con quien lo exorciza.. Este último, con la autoridad de Cristo y de la Iglesia, puede obligar al Maligno a responder a preguntas precisas propuestas a él y, a veces,, aunque es el  padre de la mentira,, sacarle algunas verdades..El Autor se sirve de este poder  de manera  más bien abundante.. Si recurre a la fantasía sobre el modo de preparar  y de desarrollar  los encuentros, con ello no pretende decir que son fantásticas tantas verdades justificadas por la realidad de las cosas. Lo que aquí amenaza, lo va realizando. Del resto :” Para quien cree ninguna explicación es necesaria;  mientras para los que no creen  ninguna explicación es posible”

PADRE NUESTRO, LIBRANOS DEL MAL (Discurso de Pablo VI  – 15-XI-1872)

¿Cuáles son hoy las mayores necesidades de la Iglesia? No os parezca simplista, o  incluso supersticiosa o irreal, nuestra respuesta: Una de las necesidades mayores es la defensa de ese mal que se llama Demonio.Antes de aclarar nuestro pensamiento  invitamos al vuestro  a abrirse  a la luz de la fe sobre la visión de la vida humana, visión que desde este observatorio se alarga inmensamente y penetra en singulares profundidades…Y en verdad, el cuadro  que estamos invitamos a contemplar con realismo global es muy bello… Es el cuadro de la creación, la obra de Dios, que Dios mismo, como espejo  exterior de su sabiduría y de su potencia, admiró en su substancial belleza. (Gen 1,10).Después es muy interesante el cuadro dramático de la  humanidad, de cuya historia emergen la de la redención, la de Cristo, la de  nuestra salvación con sus estupendos tesoros de revelación, de profecía, de santidad,, de vida elevada a nivel sobrenatural, de promesas eternas”. ( Ef. 1,10 ).Sabiendo mirar este cuadro, no puede uno no permanecer encantado ( S. Agustín, Soliloquios ): Todo tiene un sentido, todo tiene un fin y todo deja entrever una Presencia-Trascendencia, un Pensamiento, una Vida y finalmente un Amor, por lo que el universo, por lo que es y por lo que no es, se presenta a nosotros como una preparación entusiasmante y gozosa de tantas cosas bellas  y todavía más perfectas que esperamos. (1 Cor. 2,9; 13,12; Rom 8,19-23)La visión cristiana del cosmos y de la vida es por tanto triunfalmente optimista; esta visión justifica nuestra vida y nuestro reconocimiento de vivir, por lo que nosotros, celebrando la gloria de Dios, cantamos nuestra felicidad ( Cfr. El Gloria de la Misa)

La enseñanza bíblica

Pero ¿Es  completa esta visión? ¿Es exacta? ¿No nos importan nada las deficiencias que hay en el mundo? ¿Las disfunciones del mundo respecto a nuestra existencia? ¿El dolor, la muerte, la maldad, la crueldad, el pecado: en una palabra, el mal? ¿Y no vemos cuánto mal hay en el mundo? ¿Especialmente cuánto mal moral, es decir simultáneamente, si bien diversamente, contra el hombre y contra Dios? ¿No es este triste espectáculo un misterio inexplicable? ¿Y no somos nosotros, precisamente nosotros seguidores del Verbo, los cantores del Bien, nosotros creyentes, las más sensibles, los más turbados por la observación y  la experiencia del mal?Lo encontramos en el reino de la naturaleza, donde tantas manifestaciones suyas nos parece que denuncian un desorden. Después lo encontramos en el ámbito humano donde encontramos la debilidad, la fragilidad, el dolor, la muerte, e  incluso cosas peores, una doble ley contrastante, una que quisiera el bien y la otra por el contrario vuelta hacia el mal, tormento que S. Pablo mete en humillante evidencia para demostrar la necesidad y la fortuna de una gracia salvadora , de la salvación traída por  Cristo ( Rom 7 ); ya el poeta pagano había denunciado este conflicto interior en el corazón mismo del hombre: “ video meliora, proboque, deteriora sequor” ( Ovidio  Met 7,19 ) Encontramos el pecado, perversión de la libertad humana, y  causa profunda de la muerte porque es separación de Dios, fuente de la vida,( Rom 5,12), y después, a su vez, ocasión y efecto de una intervención en nosotros y en nuestro mundo de un agente oscuro y enemigo, el Demonio.El mal no es sólo una deficiencia, sino una eficiencia, un ser vivo, espiritual, pervertido y pervertidor. Terrible realidad. Misteriosa y pavorosa.Se sale del cuadro de la enseñanza bíblica y eclesiástica quien rechaza reconocerla como existente: y también quien hace de esto un principio en si mismo, no teniendo él mismo, como toda criatura, origen en Dios; incluso la explica como una seudo-realidad, una personificación conceptual y fantástica de las causas desconocidas de nuestras malas obras.El problema del mal, visto en su complejidad y en su absurdidad respecto a nuestra unilateral racionalidad, se hace obsesión    Ello constituye  la dificultad más fuerte para nuestra inteligencia religiosa del cosmos. Por eso S. Agustín sufrió durante años : “ Quaerebam unde malum, et non erat exitus”, Yo buscaba de donde proviniese el mal y no encontraba explicación( Confesiones VII, 5,7,11, etc. P.L. 32,736,739).Aquí vemos la importancia que tiene la advertencia del mal para nuestra correcta comprensión cristiana del mundo, de la vida, de la salvación. Primero en el desarrollo de la historia evangélica al principio de la vida pública: ¿ Quién no recuerda la página densísima de significados de la triple tentación de Cristo?. Después en tantos otros episodios evangélicos, en los cuales el Demonio cruza los pasos del Señor y figura en sus enseñanzas ( Mt 12,43). ¿ Y cómo no recordar que Cristo, refiriéndose tres veces al Demonio, como su adversario lo cualifica como “ príncipe de este mundo” ( Jn 12,31; 14,30; 16,11 )? Y es la incumbencia de esta nefasta presencia es señalada en muchísimos pasos del Nuevo Testamento. S. Pablo lo llama” el dios de este mundo”( II Cor 4,4) y nos pone sobre aviso acerca de la lucha contra las tinieblas, que nosotros los cristianos debemos sostener no con un solo Demonio, sino con una temerosa pluralidad: “ Revestíos, dice el Apóstol, de la armadura de Dios para poder afrontar las insidias del diablo, porque nuestra lucha no es solamente con sangre y con la carne, sino contra los Principados y las Potestades, contra los dominadores de las tinieblas, contra los espíritus malignos del aire” ( Ef. 6,11-12)).Diversas citas evangélicas nos indican que no se trata sólo de un Demonio, sino e muchos.( Lc 11,21;Mc 5,9), pero uno es el principal: Satanás, que quiere decir El Adversario, el enemigo; y con él muchos , todos criaturas de Dios, pero caídas porque se rebelaron y están condenadas. ( Cfr. Denz Sch 800-428); todo un mundo misterioso desbaratado por un drama desgraciado, del que conocemos muy poco.

El sembrador oculto de errores

Sin embargo conocemos muchas cosas de este mundo diabólico, que se relacionan con nuestra vida y con toda la historia humana. El Demonio está en el origen de la primera desgracia de la humanidad; él fue el tentador solapado y fatal del primer pecado, el pecado original ( Gen 3; Sap 1,24). De aquella caída de Adán, el Demonio adquirió un cierto poder sobre el hombre, del que sólo la redención de Cristo nos puede liberar. Es historia que aún dura; recordemos los exorcismos del bautismo y los frecuentes referencias de la Sagrada Escritura y de la Liturgia a la agresiva y opresora “ potestad de las tinieblas “ ( Lc 22,23; Col 1,13 )Es el enemigo número uno, es el tentador por excelencia. Sabemos por eso que éste ser oscuro y perturbador existe verdaderamente, y que con astucia traidora actúa; es el enemigo oculto que siembra errores y desventuras en la historia humana. Recordemos la parábola evangélica reveladora del grano bueno y de la cizaña, síntesis y explicación de la absurdidad que siempre preside nuestras vicisitudes contrastantes: “ inimicus homo hoc fecit” ( Mt 13,28). Es “ el homicida desde el principio… y padre de la mentira”, como lo define Cristo ( Jn 8,44-45 ); es el instigador del equilibrio moral del hombre.Es él el pérfido y astuto encantador, que sabe insinuarse en nosotros, por la vía de los sentidos, de la fantasía, de la concupiscencia, de la lógica utópica, o de desordenados contactos sociales en el juego de nuestro obrar, para introducirnos desviaciones, tanto más nocivas cuanto conformes a la apariencia de nuestras estructuras físicas o psíquicas, o de nuestras instintivas y profundas aspiraciones.Este tema sobre el Demonio y el influjo que él ejercita sobre los individuos, sobre las comunidades, sobre enteras sociedades, sobre acontecimientos es un capitulo muy importante de la Doctrina Católica que se debe estudiar de nuevo, a pesar de que hoy se le da poca importancia.Algunos piensan  encontrar en los estudios sicoanalíticos y psiquiátricos o en experiencias espiritistas – hoy por desgracia demasiado difundidas en algunos países – un planteamiento suficiente. Se teme recaer en viejas teorías maniqueas o en pavorosas divagaciones fantásticas y supersticiosas. Hoy se prefiere mostrarse fuertes y sin perjuicios, positivistas, excepto en dar su fe a tantas gratuitas posturas mágicas o populares, o peor aún, abrir la propia alma –  ¡ la propia alma bautizada, visitada tantas veces por la presencia eucarística y habitada por el  Espíritu Santo ¡-  a las experiencias licenciosas de los sentidos  y a aquellas deletéreas de los estupefacientes, como también a las seducciones ideológicas de los errores de moda, fisuras éstas a través de las cuales el Maligno puede fácilmente penetrar y alterar la mente humana.No está dicho que todo pecado sea debido directamente a la acción diabólica (S. Th.1,104,31) pero también es verdad que quien no vigila con cierto rigor sobre si mismo ( Mt 12,45; Ef 6,11) se expone al influjo del Mysterium iniquitatis”, al que S. Pablo se refiere ( II Tes 2,3-12) y que hace problemática la alternativa de nuestra salvación.Nuestra doctrina se hace incierta, oscurecida como está por las tinieblas mismas que circundan al Demonio. Pero nuestra curiosidad, excitada por la certeza de su existencia múltiple, se hace legítima con dos preguntas: ¿ Cuáles son los signos de la presencia diabólica? y  ¿ Cuáles son los medios de defensa contra este tan insidioso peligro?

La presencia de la acción del Maligno

La respuesta a la primera pregunta impone mucha cautela, aunque los signos del Maligno parecen tan evidentes ( Cfr. Tertuliano, Apol 23 ). Podemos suponer su acción siniestra allí donde la negación de Dios es radical, sutil y absurda, donde la mentira se afirma hipócrita y potente, contra la verdad evidente, donde el amor se ha apagado a causa de un egoísmo frío y cruel, donde el nombre de Cristo es impugnado con odio consciente y rebelde ( I Cor 16,22; 12,3), donde el espíritu del Evangelio es adulterado y desmentido, donde  la desesperación se afirma como la última palabra, etc. Pero es un diagnóstico muy amplio y difícil, que Nos no nos atrevemos  ahora a profundizar y autenticar, no por eso privado de dramático interés, al cual también la literatura moderna ha dedicado páginas famosas ( Cfr Las obras de Bernanos, estudiadas por Ch. Moeller   Littèr du XX siècle,I, Pag 397 ss; P.Macchi Il volto del male di Bernanos: satan;Estudes Carmelitaines, Desclée de Br.1948) El problema del mal aparece como uno de los más grandes y permanentes problemas para el espíritu humano, incluso después de la respuesta victoriosa que nos da Jesucristo: “Nosotros sabemos que hemos nacido de Dios, y que todo el mundo ha sido puesto bajo el Maligno” ( I Jn 5,19 )

Nuestra defensa

A la otra pregunta: ¿ Qué defensa, qué remedio poner a la acción del Demonio? La respuesta es más fácil de formular, pero es difícil  llevar a la práctica. Podremos decir: Todo lo que nos defiende del pecado, nos defiende por ello mismo del enemigo invisible. La gracia es la defensa decisiva. La inocencia asume un aspecto de fortaleza  Y  después cada uno recuerda lo que la pedagogía apostólica  había simbolizado en la armadura de un soldado, las virtudes que pueden hacer invulnerable al cristiano (  Rom13,12; Ef 6,11.14.17;  I Tes 5,8 ). El cristiano debe ser militante, debe ser vigilante y fuerte ( I Pe 5,8);  y a veces debe recurrir a algún ejercicio ascético especial para alejar ciertas incursiones diabólicas; Jesús así lo enseña indicando el remedio “ en  la oración y el ayuno ”( Mt 9,29 ). El Apóstol sugiere la línea maestra a tener en cuenta: “ no os dejéis vencer por el mal, antes bien, vencer al mal con el bien” ( Rom 12,21; Mt 13,29 )Con la certeza de las adversidades presentes en las que hoy las almas, la Iglesia, el mundo se encuentran, nosotros buscamos dar sentido y eficacia a la acostumbrada invocación de nuestra principal oración: “ Padre nuestro…líbranos del mal” . A todo esto ayuda también nuestra bendición apostólica.


N.B..Refiriéndose a otra reflexión hecha por el Papa sobre el diablo, Michele Federico Sciacca, en un artículo publicado el 7-febrero-1975 en el periódico Il Tempo de Roma, con el título Satanás entre nosotros, escribía:“  Mal le fue al Papa Pablo VI hace algún tiempo  por haber aludido al diablo en el sentido del Antiguo y del Nuevo testamento. ¡Ábrete, infierno¡. Fue acusado de retorno al Medioevo, de oscurantismo, de superstición, de ofensa en pleno 1974 a la ciencia y al espíritu científico racionalista y progresista. Pero, en resumidas cuentas, ¿este maldito Satanás vive o no vive?. Si se le considera de una parte, siguiendo  el Evangelio, como el tentador y el  acusador que encarna el mal, entonces dicen que es una tosquedad   de oscurantistas creer en su existencia y  afirman que no existe; y por otra  parte si se le identifica – y Satanás  lo repite – con la razón humana rebelde y triunfante, con la que  sonriente y operante vive “ en la materia que nunca duerme”,  entonces  afirman sibilinamente  que  es el símbolo sublime de toda gracia verdadera y victoriosa …  de aquel  ex–Dios.  Superstición oscura ésta  que procede de la  ciencia iluminista, y por tanto  sutilmente mundana…. De ello se deduce que estas afirmaciones proceden de una mentalidad radicalmente perversa, ( Cfr Michele Federico Sciacca,  il magnifico oggi. Roma Città Nuova 1976  P. 283 ss)


A  BRAZO  PARTIDO  CON  EL  MALIGNO

La idea de este escrito me vino de improviso en una tarde de agosto del pasado año de gracia y de desgracias 1974.Fue así: Desde hace dos meses, quizás antes, casi todos los días, a las tres de la tarde en punto, el Segundo Canal de la RAI emitía una programa titulado Entrevistas imposibles.Se trataba de encuentros entre literatos, periodistas y estudiosos de cultura variada con hombres del pasado: Con personajes del pensamiento, del arte, de la política introducidos bien o mal en la historia, con nombre más o menos famosos.El programa era original y, si bien coincidiese con la hora de la siesta, me puse a seguirlo con asidua curiosidad.Eran encuentros – decía – de hombres de hoy con otros de ayer para interrogarles, como si fuesen, por no se qué clase de truco mediático, momentáneamente revividos, y hacerles hablar y dar explicaciones de algunos de sus actos y confesar sus intenciones secretas, ya obligados a responder a las preguntas, ya puestos en la necesidad de justificarse de las cosas mal hechas de algún histórico.El personaje entrevistado normalmente aparecía fielmente centrado en el ambiente de su tiempo. Las respuestas se referían a la vida y al pensamiento que le caracterizaron. Y cuando los entrevistadores eran muy inteligentes – no siempre – en poco más de un cuarto de hora nos daban buenas pruebas de habilidad mental con esbozos de retratos histórico-psicológicos de una feliz y muy vivaz finura.Uno tras de otro venían interpelados, sin ningún orden cronológico, Atila,Marat, Casanova, Marco Polo, Pitágoras, Copérnico, Bruto, Diderot, Swift, Marco Aurelio, Pilatos, Cleopatra, la Beatrice de Dante, etc., aunque ésta villanamente desfigurada.Entre una y otra audición me vino a la mente una observación muy extravagante: “ ¡Falta una entrevista con Satanás¡…Sería interesante. No obstante, hoy, con la habilidad que ha logrado tal maestro para no hacernos creer en él…”El calor de aquella tarde era sofocante y me estiré sobre una silla para recuperarme un poco del sueño.

La mañana siguiente, apenas me despierto: “ ¡ Claro que una entrevista con Satanás, o mejor con el Maligno, sería fantástico¡ Qué importa que tantos no crean en él.  Y recordé el planteamiento hecho por el Papa en uno de sus discursos del miércoles. Una fantasía bien presentada por lo menos lograría llamar la atención sobre tal sujeto. Quizás también a quitar el sueño a más de uno”.No pensé en ello durante cierto tiempo. Pero la idea se presentaba intermitentemente y a veces con extrañas líneas de algo factible. Si podría, por ejemplo, decir esto… presentar así un episodio…introducir éste o aquel otro aspecto…Poco a poco se hizo un poco mi sufrimiento.Una entrevista con el Maligno. No pensaba precisamente meterme en ella. Veamos entonces a quien confiarla. Comencé entre mí a dar nombres. Puse en mente a varios. Mientras pensaba en ello, uno tras otro iba descartando.Meterse a dialogar con el diablo, aunque sólo sea sobre el plano de la fantasía, no es cosa fácil. Ninguno aceptaría una idea tan bizarra, y sobre todo, fuera de tiempo: ¡Cosa de la Edad Media¡.Entre tanto, lo extraño era esto: cuando pensaba tomar en serio esta idea, sentía mi ánimo abrirse a la serenidad y a cosa interesante. Por el contrario cuando me proponía no hacer nada, me sentía inquieto y caía en un extraño nerviosismo. Había en mí algo que echar fuera, como una liberación.En mi vida fue la primera vez que tuve la sospecha de tener necesidad de un neurólogo.

Una tarde fui, como obligado por no sé qué, a una iglesia, donde es venerada una Virgen muy querida por el pueblo romano, y la encontré, como cosa rara, muy llena de gente.Sucedió algo increíble. Apenas pasada la puerta, se me acercó una muchacha de mediana edad, de baja estatura, con dos ojos luminosísimos y dulces, y de improviso me dijo: “¿ Cuándo se decide a escribir aquellas cosas?…” Y me miraba con insistencia. “ ¿ Escribir? ¿ Qué cosas?” “  Anda ya, lo sabe mejor que yo”. “ Pero Ud.¿ quién es?” “ ¿Qué interesa decirle quien soy?.  Vaya a ver a  Aquella – e indicó el cuadro de la Virgen – Vaya a oír qué quiere Ella decirle.”Un numeroso y compacto grupo de turistas invadió en aquel momento la entrada. La muchacha fue envuelta en la confusión y la perdí de vista¡ Qué cosa tan extraña¡. ¿ Una alucinación o un aviso del cielo?. Me sentí perdido y ridículo, sobre todo ridículo. Encontrado un puesto adecuado, antes de ponerme  a los pies de la Virgen para rezarla, aquel embarazo mío interno me desapareció como si nada. Sin volver a pensar al sufrimiento que me molestaba, experimenté dentro de mí como un empujón dulcísimo y firme a recogerme en el argumento para empezar a hacer cualquier cosa.Mirando a la querida imagen, no me atreví a pedirla nada sobre esto, pues ya advertía en mí una promesa de asistencia materna. “ Está bien, dije saliendo. Me embarcaré en este asuntazo. Yo mismo escribiré esta extrañísima entrevista. Me saldrá algo que me cubrirá sobre todo de ridículo. Pero me habré quitado una idea fastidiosa de la cabeza”.

PRIMER ENCUENTRO

Aquella misma tarde, después de una cena más bien rápida y desganada, me retiré a mi cuarto a despachar un poco de correspondencia.   Después de media hora me puse a recitar la última parte de la “ Liturgia de las horas”. Hice devotamente la señal de la Cruz y comencé:   “Jesús, luz de luz, – sol sin ocaso,-tu  iluminas las tinieblas,- en la noche del mundo,-En Ti, Santo Señor – buscamos descanso-de la fatiga humana,- al fin del día”…   Noté esta vez, que cuanto más iba adelante, más crecía en mi el deseo de retrasar aquella oración habitual. Sentidos y gustos nuevos fluían de aquellas palabras antiguas y simples. Al final, besé el breviario y lo puse aparte. ¿ Y ahora qué hago?. Algunas veces apunto notas rapidísimas en mi diario; intenté hacerlo pero pronto se me pasaron las ganas.   Volteándome, mi mirada se encontró con la imagen de la Virgen, ante la cual aquella tarde había ido a orar. Tuve deseos de entretenerme con Ella y, cogido el rosario del bolsillo, me hice la señal de la cruz. Las Ave María me venían  dulcísimos como una íntima toma de contacto con Ella. No había terminado aún la primera decena, y ya me encontraba sentado y con la pluma en  la mano.¿ Cosa extraña?  ¿ Para hacer qué?. Un bloque de papel estaba allí sobre la mesa: ¿ Comenzar a escribir algo sobre aquella diablura? No pensaba en esto en absoluto. No tenía nada concreto en mi cabeza y la fantasía no parecía ayudarme.   Para hacer cualquier cosa, tomé el bloque de papel y escribí en lo alto: “ Entrevista con Satanás”. ¿ No? corregí. Mejor decir: “ con el Maligno”. Este segundo apelativo es menos común y de un sentido más inmediato. Y permanecí con la pluma en el aire. En aquel mismo instante advertí a lo largo de la columna vertebral una imprevista sacudida de frío que inmediatamente me envolvió todo entero.   Al lado de la escribanía, a la izquierda, la ventana estaba completamente abierta, instintivamente me levanté para cerrarla. Advertí  sin embargo que de fuera venía un aire caliente. Era la tarde de una jornada calurosa de septiembre.   Mientras me tocaba las mejillas, la frente, mirando si tenía síntomas de fiebre, una hoja más bien fría me atravesó y tuve un extraño asalto de miedo. Me senté, permanecí un rato sobre mí mismo, después intenté acostarme en la cama.  No logré moverme. Me sentía clavado a la escribanía, no porque alguien me hiciese violencia desde fuera, sino por un sentido de inercia total: una especie de pegamento.   Invoqué mentalmente a la Virgen que me miraba a unos metros de distancia de la pared y tuve una caricia imprevista de paz.   Mientras en mi interior daba gracias a la Madre Celestial, la silla, la escribanía, casi toda la habitación sufrieron un sobresalto misterioso.

Has pedido entrevistarme, aquí estoy

Era una voz lóbrega, áspera, metálica. Una voz que no supe precisar de qué punto venía, pero que desencadenó en mí un largo y muy fuerte  escalofrío de miedo. Permanecí algunos minutos sin respiración, después tomé fuerzas.

Pero ¿quién eres tú ? “.

No seas estúpido; ¡soy yo!

No había pensado nunca de poder pasar con mi entrevista del plano de la fantasía al de un tú  a tú con el Maligno. En un ángulo de la escribanía había un rosario e instintivamente lo cogí como si fuese un arma de defensa.

¡Tira fuera esa tontería, si quieres hablar conmigo¡

¿ Tontería “…” “ ¡ Excrementos de cabra colocados juntos ¡

¡ Si para ti es una tontería, yo lo beso y para tu desprecio lo enrollo entorno  a mi muñeca, como defensa. Veo que te  da miedo, bellaco ¡

¡ Eso para mí es una guillotina ¡…”

Mejor aún, y gracias por habérmelo dicho ¡”

He intentado muchas veces explicarme como percibí aquella voz tan cercana, que no venía de ningún punto preciso de la habitación, ni salía de mi interior. Sin embargo, lo comprendía claramente, siempre en un tono amenazador y desdeñoso y cargado de una rabia especial.

¿ Cómo es que has venido? ¿ Quién te envía ?

He sido obligado .

¿Por quién ?. Siguió un silencio tenso.

Vamos ¿ obligado por quien ?.

¡Por aquella!

Gritó esta respuesta con un desprecio y con un odio indescriptibles.”

¿ Quién es ella ?

Sin embargo, había comprendido.

¡No diré jamás su nombre¡

¿Te quema tanto?

¡La odio infinitamente¡ “.“ Porque es la criatura más alta y más santa…”

Masticándose las palabras con rabia:

¡El la ha querido así para mi desprecio, para que fuese mi más aplastante humillación!

Permanecí atolondrado.

¿Cómo es posible ?. ¿ Eres el padre de la mentira y dices una verdad tan grande ?. ¿No te das cuenta que ésta es una alabanza inmensa ?.

Mi pregunta quedó sin respuesta. Por esta vez esto fue todo.

SEGUNDO ENCUENTRO

Pasaron algunos días sin que sucediese nada  nuevo. No sabía qué pensar. No tenía la valentía de invocar la vuelta de un tan singular interlocutor. Aquel primer encuentro había dejado en suspenso más de una pregunta. Pero fue cortado en lo mejor. Aquella última respuesta, sin embargo, tan inesperada, me dejó una alegría grande. Una mañana, apenas había terminado de celebrar la Misa, tuve un deseo insólito de ir rápidamente a casa. Mi empujaba el extraño indicio de algo no acostumbrado. “ Aquel mensajero debe estar ya aquí “, pensé. Correcto, he aquí los acostumbrados escalofríos de frió helado. No me había equivocado.  Me senté, invoqué mentalmente a la Virgen y esperé.

Estoy aquí. ¿Qué más quieres preguntarme?

Parece que aquel ser tenebroso hubiese sido puesto a mi disposición. “ Antes que nada, debo agradecerte el alto elogio que la última vez hiciste a la Virgen. Me impresionó mucho tu respuesta. Y todavía no logro explicarme como se te haya podido escapar”.

Es ella que me obliga a hablar así, ¿ lo quieres comprender?. Ella me obliga. Lo hace para contentarte y para humillarme. Pero tú,- recuérdalo – me las pagarás. Tú no lograrás comprender jamás qué tortura es para mí tenerla que obedecer obligándome a decir ciertas verdades. Yo odio la verdad, porque la verdad es El,  ¿ comprendes?.. Tu permaneces horrorizado  ante los tormentos a los que tantos subalternos míos someten a sus condenados políticos, recurriendo a la píldora de la verdad, al lavado de cerebro – todos son inventos míos, para que lo sepas – para llevarles a la autocrítica y a sacarles sus confesiones preestablecidas. Peor es el suplicio al que soy sometido por aquella para llevarme a escupirte en la cara ciertas verdades. Por eso, te repito que me las pagarás.”

Gracias también por esto que me dices; pero si Ella está conmigo, tú no me das miedo”. “Te he dicho que me las pagarás”. “ De acuerdo. Pero continúa hablándome de Ella”.

Es mi más implacable enemiga.

Lo creo: Es la Mujer destinada a darnos a Jesús, nuestro Redentor, el reparador de todas tus maldades, especialmente por habernos regalado el pecado y la muerte. Y Ella, por virtud de su Hijo, para tu humillación, ha vencido todo esto”.

Un largo silencio de espera.“

Comprendo que no tengas mucho deseo de hablar de María. Eres infinitamente soberbio y el recuerdo de Ella es demasiado humillante para ti. Dijiste bien, es tu humillación más grande. Pero, en nombre de Ella, responde. ¿Creíste haber obtenido una victoria plena arrebatándonos a nuestra madre Eva ? ¿ Ni siquiera sospechaste que Dios te habría vencido con María ?. Una Madre infinitamente más grande que la que nos arrebataste  y con la cual nos mandaste a la ruina. Dios nos ha dado a María y la ha hecho Madre suya”.

¿Pero por qué te obstinas tanto en hablarme de aquella?.

¡Déjalo ya¡ “ Precisamente porque te fastidia tanto…”. “ Es una terrible desbaratadora de mis planes. Es una devastadora de mi reino. No me deja conseguir una victoria y ya me prepara una derrota. Me la encuentro siempre entre los pies. Siempre ocupada en atravesarse en mi camino, a suscitare fanáticos que la ayudan a arrebatarme almas. Allí donde más clamorosas son mis conquistas, en un silencio capilar ella multiplica las suyas. Pero ahora ha llegado el tiempo en que obtendré sobre ella victorias jamás vistas…” “ ¡ Efímeras como las demás¡

Aún un breve silencio.

¡No serán efímeras!.. Esta vez será una victoria total. Creía estar al seguro en una fortaleza inalcanzable. ¡Ahora os he abierto una brecha que será peor que la primera!….

¿Qué brecha?. Pienso que corres demasiado. Estás muy  seguro de ti mismo . “ Tengo de mi parte también  a los teólogos. Los mis presuntuosísimos doctores. Si fuese capaz de amar, serían mis amigos más queridos. Vuestros cultivadores del dogma van abandonando una  tras otra vuestras posiciones. Los he inducido a avergonzarse de ciertas fórmulas ridículas. A avergonzarse antes que nada de creer en mi existencia y en mi trabajo en medio a vosotros: Cosa para mí comodísima”. “ ¿Y con esto, crees ? “ De este modo, las fábulas de la Inmaculada Concepción, de la Maternidad Divina, de la siempre Virgen, de la omnipotente  llena de gracia están siendo desmoronadas como miserables necedades. Dentro de pocos años quedará solo el recuerdo – vergonzante recuerdo – de tan estúpidas leyendas. Mucho he debido esperar pero ahora ha llegado finalmente mi tiempo. ¡ Definitivamente ha llegado mi hora ¡.¡ Si supieras lo bien que trabajan mis aliados: curas, frailes, doctores ¡….¿ Dónde están ahora los fanáticos de su culto, sus calenturientos simpatizantes ?.

Parecía que se hubiese marchado. Pero estaba allí, quizás en espera de mi reacción.

Lo sé: Has logrado reunir en torno de tantas verdades del Credo una polvareda irrespirable llena de confusión.  Crees suprimir el sol sólo porque los has escondido detrás de cúmulos de nubes. Pero todo esto pasará. Bastará un soplo del Omnipotente para desbaratar todo lo que estás construyendo. Un soplo solo y Dios, en su Providencia, también de nuevo sacará bien del mal.. Incluso de estas confusiones sabrá hacer brillar más espléndida la verdad”.

No te hagas ilusiones”.

Sé que no me engaño. La fe me lo dice. Ni tú mismo, eterno mentiroso,  crees en esta victoria final. Tú te agitas porque sabes que Dios tiene medido el tiempo en el que , para sus designios, te deja exagerar. Tú sabes que el más poderoso es El. El tiene delante de Si la eternidad. En un instante te arrebatará de la mano tus victorias momentáneas. Eres el eterno fanfarrón ridículo. Te crees omnipotente, mejor aún  quieres hacértelo creer a ti mismo, pero basta un signo de la cruz para ponerte en fuga, basta un poco de agua bendita para paralizar tu omnipotencia. La parábola del grano y de la cizaña ha sido dicha sobre todo para ti. Eres simplemente ridículo en tus bravuconadas. Eres un pobre perro atado a tu cadena. Tú no puedes nada más de lo que te permite Dios. Te lo permite para probar a sus elegidos en el tiempo, y derrotarte para toda  la eternidad”.

¡Qué elocuente eres!. Has hecho una bella predicación para los papagayos de la parroquia. Tu reúnes palabras, yo cuento hechos”.

Te estoy solamente descubriendo tu mentira. Tu historia concluirá como empezó. Tienes la estúpida presunción de creerte semejante a Dios. Te rebelaste y Dios en aquel mismo instante, con un soplo te precipitó a ti y a los tuyos en los abismos infernales. Bastó un  movimiento de su voluntad para fulminaros a todos, para transformaros de ángeles en horribles demonios”.

Todavía un trozo de predicación.

Sabes bien que no es predicación. Es un hecho tremendo. Como tremendo es el infierno en el que te precipitaste.. .A propósito: ¿ Qué es el infierno ?…”

Un silencio pesado como una pesadilla.

En nombre de Ella, responde, háblame del infierno”.

Imposible decírtelo”.

Prueba.

Ni siquiera ella misma, en Fátima, supo explicarlo”.

¿Cómo?. ¡Aquellos pobres niños por poco no murieron de espanto!

¿Y qué vieron?… el infierno es bien distinto… Conténtate con esto”.

También esta vez tuve la sospecha de que se hubiese ido.. De manera extraña me advirtió de que se encontraba allí.

¡Desgraciado!. Eras un ángel. Dios te creó riquísimo de dones y de bellezas divinas. Tenías la inteligencia de los espíritus elegidos. Es inconcebible cómo tú y los tuyos habéis podido atreveros a un tan estúpido pecado de rebelión. ¿Como intentar apropiarse  de lo que no era vuestro ?. ¡ Responde!.

Porque quiso someternos a una prueba infinitamente humillante para nosotros, espíritus altísimos. Una prueba inimaginable, digna sólo de una revuelta”.

¿ Qué prueba?.”

De nuevo un silencio cargado de misterio.

Vamos, en el nombre de Ella que te ha obligado a venir, responde. ¿Qué prueba?.

Nos impuso un obsequio muy humillante e inaceptable. Nos puso frente al diseño de la creación del mundo material, de todo el cosmos,  por encima del cual os creó también a vosotros los hombres con  el propósito de elevaros a la misma dignidad a la que nos había elevado a nosotros, y para colmo de todo, lo que hizo desencadenar nuestra revuelta: nos puso delante de la encarnación del Hijo, hecho hombre, revestido de una naturaleza inferior a la nuestra, y nos impuso adorarle. Nuestra inteligencia se pasmó. Millones de ángeles se sometieron vilmente a Él. Muchísimos de nosotros lo vimos como una afrenta a nuestra dignidad y nos rebelamos. El castigo explotó de inmediato. Nosotros no queremos aceptar nuestra condición de criaturas, de tener necesidad de Él, de estar sometidos a Él. Nos creímos autosuficientes – y lo éramos – de nosotros mismos.. En aquel rechazo nuestro gesto es de revuelta.. Y en un momento nos encontramos como somos. Su condena fue sin apelación”. Tampoco nos hubiéramos sometidos a su voluntad.

¿Y no era un pecado gravísimo de rebeldía ?..

Un “Nooo….” lóbrego, largo, cavernoso, de helar la sangre, resonó un buen tiempo en la lejanía. Comprendí que había desaparecido, dejándose atrás un fracaso que parece  el estrépito de un alud. Todo lo que era firme tembló. Salí al corredor mirando si alguien se hubiese percatado de algo. Nada. No vi a nadie.

TERCER ENCUENTRO

Esta vez no se hizo esperar mucho..La noche siguiente, estaba para meterme en la cama, cuando oí rumores extraños en la habitación. Eran pasos fuertes, casi sordos que hacían vibrar el pavimento. Advertida su presencia, agarré el rosario, hice la señal de la cruz, invocando mentalmente a la Virgen que estaba junto a mí, al lado de la cama, y esperé.

Siento que estás aquí. Bien, en nombre de Ella, que te obliga a venir y a responderme, dime:  inmediatamente después de tu gran pecado, ¿ te diste cuenta de todo lo que habías perdido para siempre?”

¡Qué pregunta tan estúpida¡!.

Gracias, eres muy amable; Sé muy bien que mi inteligencia no se puede comparar con la tuya. Por eso  permíteme una pregunta aún más idiota: ¿ Jamás te has arrepentido de aquel pecado?.

¿Arrepentimiento?, la respuesta  surgió de inmediato, como un rugido de bestia.

“¿ Pero no sabes que un acto de arrepentimiento hubiese sido un acto de amor?. Y esto es totalmente inconcebible en nosotros. Nosotros fuimos inmediatamente investidos de un odio inmenso contra El. Un odio implacable, eterno. Nos encontramos envueltos, casi petrificados, en una maldición que ha llegado a ser nuestra segunda naturaleza.”Tranquilamente hubiese querido concentrar la reflexión sobre la desgracia irreparable de tantísimas criaturas tan excelsas, pero el otro me interrumpió.

Después de habernos expulsados de su paraíso, se ha vengado destinando a nuestro estado a  los seres más nauseabundos, vosotros los hombres, un amasijo de espíritu y de sucia materia. Ha hecho de vosotros un objeto de su amor infinito. Va mendigando de vosotros el amor que nosotros le habíamos rechazado. El amor por vosotros le ha hecho cometer locuras, hasta humillar al Hijo en el vientre de una mujer. Tiene la ambición de ocupar con vosotros los puestos que nosotros hemos dejado vacíos. Pero antes de que logre esto,  llenaremos nuestro infierno con vosotros los hombres. La venganza que no podemos realizar  sobre El, la haremos  con vosotros.

Eso es lo que tu sueñas. Pero entre nosotros y tu, sobre el vértice  de tu abismo infernal está Cristo Crucificado,  contigo tendrás solo  a aquellos que obstinadamente  quieran permanecer a tu lado. Todos los demás, también los pecadores, también los pobres infieles, te serán arrancados como presa que no te pertenece, porque no son tuyos, El los ha pagado con el precio de Su Sangre y son suyos. ¡ Me niego  a creer que  finalmente  tengas  tú más que El.

Hubo una pausa más bien larga. Tuve la sensación de que quisiera agredirme con un discursazo, y en efecto, pasó inmediatamente al ataque. “ ¿ Dices que El  tendrá más que yo?… ¿Pero es que no ves, ciego y estúpido como eres, que hoy estoy movilizando todo para vuestra ruina? ¿ No ves que su reino se desmorona y que el mío se agranda de día en  día sobre las ruinas del suyo?  Prueba a hacer un balance entre sus seguidores y los míos, entre aquellos que creen en sus verdades y los que siguen mis doctrinas, entre los que observan su ley y los que abrazan la mía. Piensa solamente al progreso que estoy haciendo por medio del materialismo ateo y militante, que es el rechazo total de El. Aún un poco más de tiempo y todo el mundo caerá en adoración ante mí. El mundo será completamente mío. “ Piensa en las devastaciones que estoy llevando en medio de vosotros, sirviéndome principalmente de sus ministros. He desencadenado en su rebaño un espíritu de confusión y de rebelión que jamás hasta hoy había logrado obtener. Tenéis a vuestro guardián de ovejas, vestido de blanco, que todos los días habla, grita, charla inútilmente. ¿ Quién lo escucha?. Puedo hacerlo callar inmediatamente apenas quiera; en un momento puedo eliminarlo; basta que arme la mano de un emisario mío. Todo el mundo escucha mis mensajes, los aplaude y los sigue. Todo está de mi parte. Tengo las cátedras con las que he puesto en jaque a vuestra filosofía. Tengo conmigo la política que os disgrega. Tengo el odio de clases que os hiere. Tengo los intereses terrenos, el ideal de un paraíso en la tierra que os enfrenta a unos con otros. Os he metido en el cuerpo una sed de dinero y de placeres que os hace enloquecer y que os está reduciendo a ser un tropel de asesinos. “ He desencadenado en medio a vosotros una sexualidad que está haciendo de vosotros un grupo exterminado de puercos. Tengo la droga que pronto os convertirá en una masa de miserables larvas de locos y  moribundos. Os he llevado a adoptar el divorcio para reducir a fragmentos  vuestras familias. Os he llevado a practicar el aborto con el que causo matanzas de hombres , antes de que nazcan. “ ¡Todos ángeles destinados al cielo¡”. “ ¡ Pero te parece poco haber convertido a las mujeres, a las madres en peores que las bestias; las he inducido a matar a sus hijos, cosa que ni las bestias  hacen ¡” “ Todo lo que puede destruiros lo intento, y obtengo lo que quiero: injusticias a todos los niveles para teneros en un continuo estado de desesperación; guerras en cadena que destruyen todo y os llevan al sacrificio como a las ovejas; y junto a esto la desesperación de no saber liberaros de las calamidades con las que tengo que llevaros a la destrucción. Conozco hasta donde llega la estupidez de vosotros los hombres y la aprovecho completamente. “ La redención de aquel que se hizo matar por vosotros, bestias, yo la he sustituido por la de los gobernantes asesinos, y vosotros os arrojáis en su seguimiento como ovejas estupidísimas . Con las promesas de bien que os he hecho y que no obtendréis nunca, he logrado cegaros, haceros perder la cabeza, hasta llevaros fácilmente a donde quiero. Recuerda que yo os odio infinitamente, como le odio a Él que os ha creado. ¡Sí, vaya favor os ha hecho, enviando a su Hijo a desperdiciar su Sangre por la dichosa Redención. Yo os odio, os desprecio¡”

¿Y con esto?” “ ¿Qué quieres decir? ¿No es suficiente? Puedo continuar, si crees…” “ ¿Con todo esto crees poder cantar victoria contra Dios? ¿ Tú serías el gran vencedor y Dios el gran derrotado? No niego que estás trabajando quizás como nunca, que ahora vas obteniendo seguidores más que en el pasado, pero en tus diseños eres un habilísimo inflador de balones. Te he dicho ya que tu historia concluirá como ha comenzado. Nuestra atención va hacia el final de todo esto. Entonces, tuviste en un instante muchísimos seguidores. Pero ¿ cómo terminó tu gesto de rebelión? ¿ Arrojaste a Dios del trono de su gloria?” “ ¿ Aún te engañas? ¿ No has comprendido nada de lo que te he mostrado? “  ¡Tú eres el iluso¡ Todas estas fanfarronadas tuyas pueden impresionar a un hombre de poca fe, no a quien cree firmemente que Dios es Dios y tú eres un miserable rebelde, una criatura suya, que El podría destruir con un soplo, en un solo instante, pero que no lo hará jamás. Has podido engañar a millones de hombres para que no crean en Dios, pero tú sabes que El existe, que El es el Omnipotente, que tiene en su mano el destino de los hombres y de la historia. Has querido entablar la guerra contra El y te está dejando obtener algunos resultados, incluso momentáneamente espectaculares Pero sabes bien que su poder está condicionado a su omnipotencia y ¡ la victoria final será sólo de El ¡” “ ¡Al contrario, será mía¡” “ Mentiroso, ni tú mismo te lo crees, porque sabes bien con quien te has metido. Recuerda la lección del Viernes Santo. Trabajaste bien ese día. Por medio de tus satélites te apoderaste de Jesús y lograste hacerlo matar. Pero, en la ceguera de tu odio, no te diste cuenta que aquella muerte fue victoria de Él al quererla y tú fuiste un instrumento sometido. Creíste haberlo liquidado para siempre. Sin embargo, el vencido fuiste tú. El resucitó al tercer día, vencedor de la muerte y del pecado. ¡Vencedor sobre ti y sobre todo tu infierno¡”

“El misterio pascual te ha vencido de una vez para siempre. Sin embargo, se renueva, a lo largo de los siglos en la vida de la Iglesia y de las almas, en un enfrentamiento ininterrumpido de luchas, de muerte y de resurrección. Pero el triunfo del Reino de Dios aquí no se anuncia con las fanfarronadas, se anuncia y progresa y resiste  a los ataques con el misterio divino del silencio”. “ Los acostumbrados viejos discursos de oratoria…”   “ Sabes  que esto no es oratoria. En la mañana que resucitó, Jesús no tuvo ninguna preocupación por vengarse de sus enemigos, de tus malhechores. No tuvo ningún deseo de humillarles, como El habría podido hacer y como alguno podría haber  esperado. Con una demostración espectacular y fulgurante de su triunfo sobre la muerte, hubiera podido aparecer  ante el Sanedrín, ante  Pilatos, ante Herodes, ante cuantos le humillaron y le dieron muerte…. No fue a gritarles a la cara: “ ¡ He aquí vuestra victoria¡” Por el contrario, Su Majestad infinita  está muy por encima de ese tipo de   satisfacción triunfalista , no le preocuparon sus enemigos.  No pensó en rehabilitar su reputación  ante ellos   “El inauguraba un estilo Suyo propio. Daba ejemplo de cómo se  realiza su triunfo en esta tierra, de cómo procede su Iglesia en medio de los hombres y a lo largo de los tiempos: Un camino extenuante, duro, sin estrépito. Ella va adelante en el silencio, cubierta continuamente de heridas, rodeada de mártires que son sus testigos incomparables,  obligada demasiadas veces a refugiarse en las catacumbas; pero todo esto ya se le había anunciado y eso es lo que la hace más semejante a su Jefe”. “ ¡ Palabras, palabras, palabras¡ ¿ No te das cuenta de que tengo en mi mano todas las fuerzas del mal?…¿ No ves cómo las he movilizado compactas contra el reino de Él?…¡ Mi ofensiva avanza ya incontenible¡ “. “ ¿ Hasta cuando? Te crees el dueño de la situación. Te presentas como el señor y el dominador del mundo. Y apenas eres el ejecutor de los planes de El. Tú colaboras sólo a la magnificencia de su victoria final. Como tantas veces en el pasado, también hoy, la Iglesia tiene necesidad de ser purificada. A esto sirven las pruebas. El no arranca su viña, la poda. La actual acción de obstáculo que tú y tus satélites habéis desencadenado en el seno del pueblo de Dios sirve a esto, a purificarlo. Los actuales logros aparentes de tu obra de seducción y de desorden le sirven a El para sus planes. Al final  se volteará todo contra ti y quedarás definitivamente vencido.

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