Autor: Andrés González

Ella nos transformará

Si nosotros vivimos en el Corazón Inmaculado de María Ella nos transformará, de acuerdo a su plan. Francis Geremia. MSM Año 2011 Collevalenza – Santuario dell´ Amore Miseriocardioso Nosotros Vivimos en una intimidad de vida con Maria “Custodiad en vuestros corazones la perla preciosa de una llamada personal para vivir en profunda intimidad de vida con vuestra Madre celestial”. (24 de Febrero de 1987). “Cada uno de nosotros está perplejo de saber que la Reina del Cielo nos ha elegido a nosotros para ser sacerdotes predilectos de Su Corazón Inmaculado”.( 24 de Diciembre de 1974)  y de compartir el privilegio de una amistad tan cercana  a  Ella. A veces pensamos porqué somos de un interés tan particular para Ella y cual es exactamente el “gran designio” que tiene para nosotros. Pero cuando oímos que esta Reina Majestuosa dice que nos traerá “a una gran alta santidad”, y que está trayéndonos dentro de “una más pura transparencia de Dios”, nos sentimos con una cierta preocupación. Muy rápidamente admitimos que estamos muy lejos, tan lejos de un tal estado de perfección. En efecto, ¿no nos sentimos a veces dolorosamente concientes de la deformidad que llevamos dentro por nuestros defectos, faltas, infidelidades, y de aquellas sombras oscuras de nuestras culpabilidades?. Tenemos esta impresión en nosotros que contrasta absolutamente con la elegancia inmaculada de la Hermosa Reina. Quizás podríamos ir tan lejos como pensar, que en nuestra turbulenta vida sacerdotal, hay aquellos momentos bajos, cuando Satanás, con sus argumentos irrefutables, razonamientos y acusaciones, a través de persuadirnos que , al contrario, ¿hemos tomado la imagen de Judas, sino de Lucifer?  “poniéndoos insistentemente delante de vuestra miseria”. (8 de Julio de 1977). Aún nuestra Señora nos dice, “cuántos son los sacerdotes que lloran sus caídas”.( 31 de Marzo de 1994). Por eso, sabemos exactamente el significado de lo que San Philip Neri quiere decir a Dios,”O Lord, mantén tus ojos en Philip,  de otra manera puede ser que te traicione”. ¿Porque, que somos nosotros, inútiles espiritualmente, para ser el objeto de tal superabundante afección de ésta Reina Inmaculada? – “Su belleza es la obra maestra del Padre”(8 de Noviembre de 1976) “Miradme a Mí, en el fulgor de mi sobrehumana belleza…Soy toda Hermosa – tuta pulcra”.(8 de Diciembre de 1988). ¿No nos sentimos completamente inapropiados por tan delicado favor? Y todavía, en el dolor de nuestra deformidad, ¡Como la Hermosa Reina nos ama!  “Si tu supieras, mi hijo, cuanto los amo, cuanto los tengo en Mi Corazón, uno por uno) (30 de Julio de 1974).  “Tu eres el gozo más grande  de mi Corazón Inmaculado”.  (8 de Diciembre de 1988). Esta Encantadora Reina continua sorprendiendo y turbándonos cuando nos revela lo que tiene en mente para nosotros: “Vuestra Misión es sublime”(8 de Agosto de 1980). “Yo os he elegido y preparado para el Triunfo de mi Corazón Inmaculado en el mundo”. (19 de Diciembre de 1973). Por medio de mis Sacerdotes yo obtendré mi gran Victoria”. (30 de Octubre de 1973). “Mis sacerdotes…llevarán a muchos hijos de la muerte a la vida”. (16 de Octubre de 1973). “Y por medio de ellos salvaré un  número incontable de almas”. (24 de Agosto de 1973). “Y por medio de ellos actuaré para herir el corazón de mi enemigo y para aplastarle la cabeza con mi talón”. (1 de Noviembre de 1973). ¿Por medio de nosotros? Nos sorprendemos de cómo va ser eso. Al lado de ser inútiles, somos Sus sacerdotes “solitarios”, incompetentes y más inclinados a fallar que a ganar. ¿Cómo hará esto Ella?. Quizás la respuesta puede estar en el “tilma” de Nuestra Señora de Guadalupe. En el año 1531, la “Perfecta y Perpetua Virgen” se le apareció a Juan Diego en Guadalupe, México. Pero en la animosidad de su aparición, no hubo veneración en su honor, y no hubo grandes conversiones. No, hasta el “Milagro del tilma”. Hasta cuando las hermosas y perfumadas rosas Castellanas, en la tierra helada del invierno de la colina de Tepeyac, bajaron en cascada hasta abajo de la estola (tilma) de Juan Diego hasta el suelo a los pies del Obispo de la Ciudad de México, ¡él estaba atónito! Luego allí súbitamente materializada, junto enfrente de sus ojos, la imagen exquisita de la “Siempre Virgen Maria” ¡impresa dentro de la tilma! El Obispo atónito, cayendo de rodillas , no podía hablar porque allí estaba la “señal” que él había pedido. Fue esta imagen que convenció al Obispo a levantar la Iglesia que nuestra Señora había pedido. Fue esta imagen el resultado de que se convirtieran nueve millones de Aztecas, como noticia de la pintura milagrosa, que se distribuyó como fuego salvaje a través del país. Un sacerdote fue testigo de que bautizó 6000 personas en el mismo día. (“El Milagro de Guadalupe” , por Francis Johnston,  TAN BOOKS, 1981). ¿Podría ser posible que seamos la lona en la cual la imagen de la “Siempre Virgen” esté impresa, y que es a través de esta imagen en nosotros que nuestra Señora intenta traer a almas incontables de vuelta a Dios? ¿Podría ser posible que seamos la “tilma” de la “Siempre Virgen” en estos nuevos tiempos paganos? María es la gran artista de nuestras almas Escuchen  las palabras de la Señora que nos dice: “Vuestros corazones serán verdaderamente transfigurados porque en ellos Yo misma grabaré mi imagen”.(7 de Diciembre de 1974). “Os transformo porque os hago partícipes de mi belleza y reproduzco mi imagen en vosotros.((23 de Junio de 1979) “De haceros cada día más semejantes a Mí, y de transformar vuestra alma a imagen del alma mía”. (30 de Junio de 1984). “Quiero , en efecto, conduciros a todos a reproducir en vuestra vida la imagen perfecta de vuestra Madre Celeste. Por ese motivo quiero haceros pequeños, hasta llevar a cada uno al anonadamiento total de su propio yo. Estimo en su justo valor vuestra miseria porque sólo ella es capaz de atraer irresistiblemente sobre vosotros la predilección misericordiosa de mi Corazón Inmaculado. Cuando vea reproducida en vosotros mi propia imagen,…
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En la persona de Cristo a través del Inmaculado Corazón de María

2007- Michel Gaughran Nosotros hemos contemplado el Cenáculo en términos de la venida del Espíritu Santo en Pentecostés, cuando la Iglesia estaba naciendo, pero es claro, que hubo otra ocasión, seis semanas antes, cuando otro acto de nacimiento, se llevó a cabo en la misma sala de arriba. Era la ocasión de la Última Cena y allí es donde nació nuestro Sacerdocio. El Papa Juan Pablo II, en su carta a los sacerdotes para el jueves Santo del 2000, nos pidió de meditarlo diciendo: Debemos siempre meditar otra vez el misterio de aquella noche. Debemos volver a menudo en espíritu a aquél Cenáculo, en el cual nosotros los sacerdotes, en una manera especial, podemos sentirnos de estar, en un cierto sentido, “en casa”. Se podría decir de nosotros, en relación al Cenáculo, lo que el salmista dice de la gente en relación a Jerusalén. El Señor escribirá en el libro de las gentes:”Éste ha nacido allí”. En ésta meditación, miramos al sacerdocio. Lo estamos haciendo, porque es necesario para nosotros hacerlo como una manera especial, perteneciendo al Movimiento Sacerdotal Mariano. Nuestra Madre ha dirigido éste movimiento especialmente para nosotros los sacerdotes; y nos ha llamado “Sus hijos predilectos” precisamente en virtud de éste regalo. A través de nosotros Ella, que es la Madre con el Corazón del Sacerdocio, quién comprende la naturaleza del sacerdocio y el espíritu en el cual debemos vivir (porque Ella formó al Único y Altísimo Sacerdote Eterno) y ahora Ella nos introduce en el lugar especial de Su Corazón Inmaculado, donde el corazón nuevo de la nueva Iglesia se está formando. Ella quiere que contemplemos éste maravilloso regalo con Ella, que debe ser vivido enteramente. En esto, nosotros seremos ayudados por Ella, las palabras de Su Papa, que debía ser llamado el Papa de nuestro Movimiento. No es cuestión de vernos a nosotros mismos como una suerte de elite al lado de otros sacerdotes, de ninguna manera más santos que otros (quizás tenemos más necesidad de misericordia que otros) pero como Ella desea formarnos, y otros deseando introducirse ellos mismos en Su formación, de vivir una experiencia sacerdotal digna de ésta maravillosa realidad, para alegría y gloria de Su Hijo Jesús. Esto corresponde al centro de la renovación de la Iglesia. En los años en que Él conversó largamente con nuestra Madre, estoy seguro que Jesús le debe haber hablado a Ella muchas veces del futuro de la Iglesia y de los Apóstoles tanto que, cuando los encuentra a ellos otra vez en la sala de arriba para el Cenáculo donde el Espíritu Santo vendría, Ella debe haberlos mirado con mucha ternura, Madre Maravillosa para éstos hombres quiénes serían el corazón de la Infancia de la Iglesia. Su Hijo les dijo que se iba, pero que volvería. Para ésa vuelta llamó a cada uno de ésos hombres jóvenes por su nombre y les pidió de perpetuar en el tiempo la Ofrenda de Él Mismo al Padre y que Él Mismo se hizo en la Última Cena y lo completó en el Calvario. Él se puso a Si Mismo en sus manos y de actuar en Su Persona. Él se puso en sus manos, Su Propio Altísimo Sacerdocio y Él Mismo como la Víctima. Él ha ordenado sus sacerdotes, no con otro sacerdocio, pero, con Su propio Sacerdocio, que significa, que Él Mismo vive y actúa en ellos. Un Don totalmente DivinoEllos fueron llamados por su nombre: Pedro, Andrés, Juan, y los otros. Fue el Señor que eligió personalmente a cada uno, y ahora ellos estaban reunidos con la Madre para esperar el regalo final, lo que hace del sacerdocio en cada uno algo totalmente divino: El Espíritu Santo vendría sobre cada uno y se quedaría allí para el Sacramento de la Orden Sacerdotal, a través de éste carácter, es uno de los tres permanentes conferidos a la Iglesia. Y Él vendrá a través del nuevo acto de maternidad de Nuestra Madre, la esposa del Espíritu Santo, que presidía el Cenáculo y Ella, a la vez sería la Madre de los sacerdotes, que era introducida por Su Hijo agonizante: “He allí tu Madre” está claro, dirigida a toda la Iglesia, pero en especial manera a San Juan que estuvo allí como uno de los primeros sacerdotes, representándonos a todos. De éste regalo, el Papa Juan Pablo II nos dijo: “Hagamos una pausa y contemplemos al Redentor en el Cenáculo que, en la última Cena, instituyó la Eucaristía y el Sacerdocio. En aquella Noche Santa, Él llamó por su nombre a todos los sacerdotes de todos los tiempos. Él vio, volviéndose a cada uno, amando y mirando el futuro, como aquellos que estaban allí…(Los Apóstoles) (Carta a los sacerdotes, 2004) Aquella naturaleza muy personal del don del Señor continúa a través de la historia de la Iglesia. Como Él nombró a Pedro y los Apóstoles por su nombre, así Él nos llama a cada uno de nosotros, así él con la mirada fija en nosotros nos llama a cada uno, Juan, Santiago, Andrés, y así a todos, y ésta llamada en la eternidad divina, y a través de miles de años; era ratificado a través de las manos de un obispo. Esto es algo totalmente divino. Hay alguien que ha sugerido que el don viene de la delegación de la Iglesia local. “La Eucaristía, como el sacerdocio, es un don de Dios, que excede radicalmente el poder de la Asamblea, y que recibe esto a través de la sucesión episcopal viniendo directamente de los Apóstoles”. (Iglesia de Eucaristía, 29). El Concilio Vaticano II nos enseña que “El ministerio sacerdotal, con el poder sagrado que él es investido…ofrece el sacrificio eucarístico en la persona de Cristo y ofrece a Dios en el nombre de toda la gente”. (Lumen Gentium,10) “La Asamblea de los fieles, uno en fe y en el Espíritu y enriquecidos por muchos dones, mientras constituye el lugar en que Cristo está Presente en Su Iglesia, y de manera especial en la acción de la liturgia”.…
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En nuestros tiempos las tinieblas se hacen más densas

MEDITACIÓN. 1ª. PARTEHermanos. Ha llegado el momento de hablar claro. Estamos viviendo en los tiempos, que sentimos la presencia de una atmósfera amenazadora, para la Iglesia y para el mundo. De una parte tenemos la amenaza a la Iglesia, que nuestra Madre, nos previene a menudo, y que Ella nos ofrece el remedio, en uno de los compromisos de nuestra consagración, unidos al Santo Padre y también en el boletín del padre Gobbi, que nos llama la atención. Pero hay otro sentimiento amenazador sentido por muchos, de la quiebra general de la sociedad, de moral y de orden en el mundo. Especialmente, para los que estamos en la pastoral del sacerdocio, y estamos en contacto con la ansiedad de nuestra gente. El problema es que estos tiempos son muy conflictivos. Es porque el derecho de Dios para regir su propio reino esta seriamente desafiado y estamos entrando dentro del tiempo decisivo del conflicto, y por tanto esta cuestión debe resolverse. Estos son nuestros tiempos, los más conflictivos de toda la historia de la humanidad, por este motivo nuestra Madre, fundó el movimiento Sacerdotal y por esto encontramos nuestra vocación Mariana dentro de la Iglesia. Y por tanto, es esencial que tengamos una idea clara de lo que somos y de lo que la Madre quiere de nosotros. Ella describe estos tiempos de esta manera: “Hoy vivís tiempos sombríos, porque se trata por todos los medios de llegar al compromiso entre Dios y Satanás, entre el bien y el mal; entre el Espíritu de Jesús y el espíritu del mundo. Muchos corren peligro de convertirse en víctimas de esta general confusión y también en mi Iglesia se querría difundir un falso espíritu, que no es el de Jesús, Hijo de Dios. Como una nube tóxica, se expande el espíritu de mescolanza entre Dios y el mundo, y se llega a quitar su vigor a la palabra de Dios, despojando de su fuerza el anuncio del evangelio”.(8/12/82). Estas palabras nunca deben ser leídas, rápidamente, porque ellas nos dicen las verdaderas dimensiones del ataque, que han estado hechas en contra de la Iglesia, y es como nosotros hemos estado llamados, en nuestra debilidad y pobreza a defenderla. Aunque queramos profundizar más en lo que nos han dicho, nuestra respuesta a la llamada de la Madre, es a lo mejor, menos de lo que se necesita. Cuando leemos las palabras de nuestra Madre, que un desafío ha estado hecho, para alcanzar un compromiso entre Dios y Satanás, porque sabemos el daño que ha hecho en el mundo, está claro que lo que está proyectando, no es menos que una total destrucción de la Iglesia en nuestros tiempos. Nuestra Madre nos habla de algo como una nube tóxica, causando confusión en todas partes, en todo lo que es bueno y sofocando el Espíritu de Jesús en su gente, y que podemos reconocer fácilmente en la confusión de la doctrina y en lo moral, engañando a la gente que aprende en la Iglesia. Haciendo una panorámica de la Iglesia, que no tiene nada que ver con la Iglesia de Jesucristo. Esta manera de pensar y de actuar estrangula la claridad de visión de los hombres, robando a la gente la habilidad de discernir lo que es bueno de lo que es malo, para ver la diferencia buena de lo que es de Jesús, palabra de Dios, de lo que es la humana inspirada por el demonio. . En la cual una entidad conocida como la Iglesia continuaría existiendo, con todas las apariencias de afuera, rituales y vestimentas, y las maneras de actuar, así como de las autoridades, pero sin la manera sobrenatural de enseñar de Jesús. Esto será el exponente de los trabajos de Satanás. Como nosotros decimos, ello será un desafío de poner a Dios fuera de su creación misma y eliminar su derecho de reinar en su propio reino. De todo esto, nosotros podemos decir que hemos sido testigos, como observamos, a la luz de los proféticos mensajes dados por nuestra Madre, el desarrollo de la confusión, falta de disciplina, división y persecución y algunas veces críticas y rebelión en la Iglesia, es a un grado que no pensábamos que fuera posible. Por eso, es para nosotros, este desafío lleno de soberbia de Satanás; como lo describe el profeta Isaías:¡Como has caído de los cielos, Lucero, hijo de la Aurora! ¡Has sido abatido a tierra, dominador de naciones! Tú que habías dicho en tu corazón: Al cielo voy a subir, Por encima de las estrellas de Dios alzaré mi trono, Y me sentaré en el monte de la Reunión, en el extremo norte. Subiré a las alturas del nublado, me asemejaré al Altísimo. ¡Ya!: Al Seol has sido precipitado, a lo más hondo del pozo.” Is 14, 12-15. Entonces la profecía viene a darnos el resultado de tal soberbia: Los que te ven , en ti se fijan, te miran con atención; ¿Es ese aquél que hacía estremecer la tierra, que hacia temblar los reinos, que hizo del orbe un desierto y asoló sus ciudades; que a sus presos no devolvía a casa?” Todos los reyes de las naciones, todos ellos yacen con honor, Cada uno en su morada. Pero tú has sido arrojado fuera de tu sepulcro, Como un brote abominable, recubierto de muertos acuchillados, Arrojados sobre las piedras de la fosa, como cadáver pisoteado. “IS 14,15-19” , Un ataque terrible, que hace gran daño, terminando con la conquista del mundo del demonio. Nosotros vemos la profecía del anticristo, y esta es la naturaleza de nuestros tiempos y los tiempos de este Movimiento. Nosotros como su movimiento de sacerdotes, estamos confiados a una especial responsabilidad en estos tiempos, y es necesario que tratemos de tener una gran seriedad, de que estamos comprometidos en ello, de otra manera no tendremos la determinación del corazón que necesitamos para hacer nuestro cometido plenamente. Esto es así en los mensajes. Éstas cosas no son habladas abiertamente por las altas autoridades de la Iglesia. (Yo pienso que…
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Homilía del Padre Gobbi (20-11-1999)

FATIMA  20 de noviembre 1999. Homilía de Dn. Esteban  Gobbi en el Cenáculo en la Capilla de las Apariciones, al finalizar su visita a Portugal. (tomada de una  grabación )   “Digamos todos juntos: Gracias Jesús por habernos dado a tu Madre. Es un gran don del Corazón Divino de Jesús habernos dado a su misma Madre, en la cruz, poco instantes antes de morir, como lo habéis escuchado en el evangelio. Jesús está viviendo su agonía ,con el rostro cubierto de sangre y sus ojos velados por el llanto: logra con fatiga entrever bajo la cruz a su Madre y a Juan, el discípulo predilecto. Entonces Jesús dice a su Madre: “ He ahí a tu Hijo” y a Juan y a Juan “ He ahí a tu Madre”. Desde aquel momento Maria es Madre de toda la humanidad redimida, en el orden sobrenatural de la Gracia y de la vida divina, como dice el Concilio, pues  nuestra verdadera Madre. Por esto Ella interviene en la vida de cada uno de nosotros, como Madre. Nos ama, nos forma, nos conduce sobre el camino del bien, nos consuela  en los sufrimientos, y, en  estos tiempos difíciles, nos ayuda a vivir nuestra fe, a dar nuestro testimonio de Jesús, a mantener las promesas que le hicimos el día de nuestro bautismo, cuando hemos sido liberados de la esclavitud de Satanás y hechos verdaderos hijos de Dios. Dios nos ha comunicado su misma vida por medio de la Gracia santificante, y nosotros debemos vivir para El, para glorificarLe, cumpliendo su Divina Voluntad. Por esto la Virgen, como Madre, nos ayuda a caminar por la vía de la observancia de la ley de Dios, a huir del Pecado que es nuestro mayor mal y origen de todos los demás males morales y físicos. La Virgen, precisamente en este mismo lugar,  ha venido a pedirnos oración y penitencia para la conversión de los pecadores. Como Madre desea salvarnos a todos, también a los más lejanos, porque es  la Madre misericordiosa de toda la humanidad redimida. Por esto los acontecimientos históricos  de sus hijos repercuten en su corazón de Mdre, especialmente cuando los hijos se alejan de Dios y caminan en la senda peligrosa del pecado y del mal. Entonces Ella interviene para ayudar a sus hijos. La Virgen ha intervenido aquí en Fátima, casi al principio de este siglo, en el cual la humanidad se alejaba de Dios y en vez de la vida ha conocido la difusión de la muerte, en  vez del amor ha hecho la sangrienta experiencia del odio; en vez de la comunión y de la paz ha sufrido la división y la violencia. Por eso se sucedieron  la primera guerra mundial, la segunda guerra mundial, las guerras étnicas que han explotado en tantas partes del mundo. La paz se ha visto siempre cada vez más gravemente amenazada. Entonces, la Virgen interviene porque Ella es Madre, porque Ella es la Reina de la Paz, porque la Santísima Trinidad ha dispuesto que el gran don de la paz llegue a nosotros por medio de Ella. Se comprende así su continua y dolorosa invitación a la conversión, por medio de la oración y de la penitencia. María  es Madre de la Iglesia. Ella lleva en su Corazón Inmaculado todos los sufrimientos de la Iglesia, de sus Pastores, especialmente del Pastor universal que es el Papa. Por esto nos invita a permanecer siempre más unidos al Papa, a orar mucho, a sufrir por El, escuchando y difundiendo su Magisterio. María es la Madre y la Estrella de la nueva evangelización Ella ha previsto los sufrimientos de la Iglesia, causada  por la división que se ha introducido en su interior, por la pérdida de la verdadera fe por parte de muchos, por los errores que cada vez son más enseñados y difundidos. Debemos volver a creer en el Evangelio, a acogerlo y vivirlo a la letra. María es la Madre y la estrella de la nueva evangelización. Te doy gracias por tanto, Oh María, por ser nuestra Madre. Esta tarde te doy gracias, Virgen de Fátima, por haber hecho surgir aquí, en este mismo lugar, el 8 de mayo de 1972 el Movimiento Sacerdotal mariano, con el cual has llamado a tus hijos a hacer y a vivir la Consagración a tu Corazón Inmaculado, a una gran unidad con el Papa y a ser apóstoles, no con las palabras, sino con la vida iluminada por tu presencia, difundiendo los Cenáculos entre los niños, los jóvenes y en las familias. Veo aquí un gran numero de jóvenes. Jóvenes, caminad junto a María por la vía de la oración, del amor, de la pureza y difundid por todas partes los Cenáculos, sobre todo los Cenáculos familiares. Te doy gracias, Virgen de Fátima, por  haber difundido este Movimiento tuyo en todo el mundo, en los cinco continentes. Te doy gracias, Virgen de Fátima, por haberme llevado frecuentemente a todas partes, con más de mil viajes aéreos, y así he podido presidir los Cenáculos. He visto el triunfo de tu Corazón Inmaculado: el ejército inmenso de tus pequeños niños que te han respondido en todas las lenguas y que te han seguido en todas partes. Este Acto de Consagración, que vosotros haréis en portugués, y lo he escuchado en todas las lenguas. Hoy te lo ofrezco, oh Madre, porque esta tarde, aquí en tu Capillita, al final de este siglo y de este milenio, termino los Cenáculos que he realizado en todas las partes del mundo. ¿ No es este quizás el signo fuerte que Tu hoy me das?.  Quieres hacerme comprender que tu ejército está preparado, que tus pequeños niños te han respondido, que tu has triunfado en la vida de estos tus hijos porque por medio de ellos realizarás el triunfo de tu Corazón Inmaculado en el mundo. Vivamos por tanto en la esperanza, en la alegría, en el filial abandono  en los brazos de nuestra Madre celestial. Vivamos en la esperanza; como el Papa …
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Homilía del Padre Gobbi (29-9-1982)

En la HOMILIA de D. GOBBI en Barcelona el 29-9-82 dijo: Este año la VIRGEN me ha dicho que os haga una  PROMESA en su nombre. Dando vueltas por el mundo me encuentro SIEMPRE con este PROBLEMA: Los PADRES me dicen: Cuando (los hijos) eran pequeños iban con nosotros a MISA y rezaban, pero luego en la Escuela Superior, en la Universidad ya no rezan, ya no quieren ir a la iglesia y los padres tienen miedo de su condenación. Entonces yo le dije a la Virgen: “MADRE, estoy cansado de ver a tantos padres llorar. Y ELLA me ha dicho: ” Haz esta promesa: SI LOS PADRES REZAN CADA DIA UN PARTE DEL ROSARIO diciendo: “QUIERO ATAR A MIS HIJOS A TU CORAZON”, Yo te prometo que LOS SALVARE.”

La continua Presencia de Nuestra Madre Bendita

Yo quiero poner las dos meditaciones de hoy en la perspectiva del misterio de la Presencia de Dios en la vida de cada persona bautizada y en particular de cada sacerdote. Yo siento, sin embargo, que es necesario citar ciertos pasajes de la Sagrada Escritura. Nuestra Santa Madre no hace nada más que representar la Presencia Maternal de Dios hacia nosotros. Porque Ella exactamente, es establecida, como Medianera de las Gracias y la Corredentora. No queremos olvidar, que los santos siempre vivieron en la “Presencia” del Señor y de la Madre Bendita. Sin embargo, desarrollaremos todos los efectos precedentes de la gran consolación y paz que tenemos, pronto como nos sentimos y sabemos que el Señor y la Madre Bendita están siempre cerca de nosotros y guían nuestra vida. Es en el primer mensaje del 7 de Julio de 1973, que la Madre Bendita, dijo al Padre Gobbi: “No debéis tener miedo, Yo estaré siempre cerca de tuyo”. En el último mensaje público de Nuestra Madre, nos ha dicho: “Éste siglo vuestro, que está a punto de acabar, ha sido puesto bajo el signo de un fuerte poder concedido a mí Adversario. Entonces la Santísima Trinidad ha dispuesto que vuestro siglo fuera puesto bajo el signo de una fuerte, materna y extraordinaria presencia Mía”. (31 de Diciembre,1997). Citas bíblicas de la Presencia de Dios en nuestras vidas Cada sacerdote debería escuchar como si se lo dijeran a él mismo lo que Dios reveló al Profeta Jeremías: “Antes de que nacieras, te tenía consagrado: Yo profeta de las naciones te constituí”. (Jr. 1,2). Del Nuevo como del Viejo Testamento, nosotros hemos pensado, en efecto, que en nuestro peregrinaje en la tierra, no estamos nunca solos. Jesús, antes de su ascensión al Cielo, hizo ésta solemne promesa: “Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo”.(Mt. 28,20). Las varias Presencias del Señor son muy bien descritas en la encíclica de Pablo VI  “Misterium Fidei”. No es necesario que lo mencionemos todo aquí. Tenemos, en primer lugar, la Presencia del Espíritu Santo, que está en nosotros y por eso, no puede ser más cerca ni más perfecta ésta Presencia. Él es para nosotros: Consolador, Huésped, Confortador, descanso, luz y para los pequeños niños de Maria, Él es el Padre de los pobres. Hoy, Él usa la Presencia de su más Santa esposa para cumplir todo en nosotros. Debemos recordar que Dios siempre quiere estar presente en nuestra vida, pero nos deja libres para elegir. Esto es porqué en éste tiempo las tres virtudes teologales de Fe, Esperanza y Caridad vienen a ayudarnos. Dios pone siempre su gente y en particular sus Santos en la prueba, porque a través de su amor, su fe y su confianza, pueden descubrir Su “Presencia” aún más perfectamente. Cuando los judíos sufrieron la esclavitud en Egipto, Dios llamó a Moisés desde la zarza ardiendo y le dijo: “He visto la aflicción de mi pueblo en Egipto, he escuchado el clamor ante sus opresores y conozco sus sufrimientos. He bajado para liberarlo de las manos de los egipcios”. (Éx. 3, 7). Cada vez que leemos éste pasaje, lo aplicamos en nuestras situaciones diarias, pero también a las situaciones de la Iglesia y a las almas en general. Reflexionando sobre las palabras de Dios a Moisés respecto de su gente en esclavitud, estamos seguros que Él piensa en nosotros y nos ve continuamente. Cuando los Apóstoles fueron al lago, remando a través de la noche y no eran capaces de alcanzar la orilla porque arreciaba un fuerte viento, Jesús, desde la montaña, debe de haberlos seguido a ellos en su gran fatiga.  Y quizás, pensando en su futura Iglesia, pensando en cada uno de nosotros, Él quiso ir en su ayuda, de tal milagrosa manera. Y si esto no era ya suficiente, conocemos la historia de la tormenta calmada. Una gran enseñanza para aquellos que vienen en el futuro, como también en nuestros tiempos, pues, a veces sentimos miedo y pensamos que Dios duerme. Aún después de la resurrección, Jesús muestra como sigue a sus apóstoles en su trabajo, cuando, después de un esfuerzo inútil toda la noche, a través de Su intervención, ellos tienen una recogida milagrosa. En éste episodio también aprendemos a conocer el poder de Dios y al mismo tiempo, Su Bondad Paternal; Jesús, en efecto, tiene preparado el fuego y estaba preparando el desayuno para ellos. Consecuentemente, ahora comprendemos y creemos más fácilmente en las palabras que Él dijo  en el Evangelio de San Mateo: “Venid a Mí todos los que estéis fatigados y sobrecargados, y Yo os daré descanso”.   (Mt. 11,28). Durante la última Cena, Jesús dijo a sus apóstoles, que estaban tristes después del anuncio de su partida: “Si alguno me ama, guardará mi palabra, y Mi Padre le amará, y vendremos a él y haremos morada en él”. (Jn.14,23). Jesús nos da a su Madre Antes de morir, Jesús nos da su Madre. Maria es la primera discípula de Su Hijo: Ella recuerda muy bien todas Sus palabras. Pero siendo también nuestra Madre, ahora Ella lo “pone todo en práctica”, para nuestro provecho. Los Apóstoles dicen: “Dios ha amado tanto al mundo, que nos ha enviado a Su Hijo Único”. Por eso, nosotros también  podemos decir que “Dios nos ama tanto que nos dio a Su Madre”. Dios ahora nos envía Su Madre, así podemos comprender cuánto nos ama y está cerca de nosotros como una Madre. Otra vez leemos en el Evangelio: “¿No se venden dos pajarillos por un as? Pues bien, ni uno de ellos caerá en tierra sin el consentimiento de vuestro Padre. En cuánto a vosotros, hasta los cabellos de vuestra cabeza están todos contados.  No temáis, pues vosotros valéis más que muchos pajarillos”. (Mt. 10, 29-31). Debe de haber más de mil citas bíblicas que confirman el Corazón de Dios representado por su Madre. Sería suficiente citar al Profeta Isaías: “¿Acaso olvida una mujer a su niño de pecho,…
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La Epoca de la Confusión

Padre Francis Geremia C.S. año 2012 El 2 de Julio de 1937, Amelia Earhart, estaba acabando su vuelo alrededor del mundo. Ella había volado ya 19.000 millas en su avión bimotor Lockheed Electra. Estaba cruzando el Sur Pacífico en la etapa final de su viaje antes de aterrizar en California. Sin embargo, había que hacer una última parada para llenar de gasolina el tanque en Howland Island. Era una pequeñísima isla en el mar. Amelia lo tenía registrado sobre su mapa, pero, desafortunadamente, no la pudo encontrar, ella volaba ida y vuelta todo el tiempo tratando de encontrarla. A las 8:44 de la mañana habló por radio al Guarda Costa de U.S. y le dijo, “Nosotros debemos estar sobre usted, pero no podemos verlo”. Éstas fueron sus últimas palabras antes de que el avión desapareciera en el océano. ¿Qué pasó? Un investigador alegó que Amelia no pudo encontrar Howland Island porque sus mapas de navegación en aquél tiempo mostraron la isla en el lugar equivocado. Ella estaba siguiendo las coordinadas equivocadas. ¡Que trágico! – y todo porque los números sobre el mapa eran incorrectos. El punto de la historia es aquél, para Amelia, que la confusión y el error significan la muerte. ¿Que es de nosotros, en nuestro largo viaje por la vida? Nosotros también estamos buscando. ¿Cuales exactamente son las coordinadas de la verdad? ¿Cuáles son las coordinadas del Cielo? Hoy estas coordinadas están siendo corrompidas. Ellas son difíciles de discernir. Como resultado, muchos están equivocados y corren un gran peligro. La influencia del Engañador El Demonio ha oscurecido las coordinadas de la verdad. Y cuando la verdad es oscurecida, les siguen los desastres. “¡De que manera Satanás, mi adversario desde el principio, logra hoy engañaros y seduciros! Os hace sentiros… a quienes hace naufragar en la fe y os lleva inadvertidamente al error”.(22/8/1976). “A causa de la difusión de estos errores, hoy muchos se alejan de la verdadera fe, volviendo realidad la profecía que se os ha sido hecha por Mí en Fátima: vendrán tiempos en los que muchos perderán la verdadera fe”. (13 de Junio de 1989). El poder real yel peligrodel engaño existeen esta realidad – que muy frecuentementeel pecado estáprecedido por el engaño. Si nosotros miramos de vuelta el libro del Génesis, uno se preguntaría, ¿qué fue lo que precedió a la falta? ¿Tentación? Sí, pero más aún, era el engaño. Después de comer la fruta prohibida, ¿Eva no le dijo a Dios, “La Serpiente me sedujo”? Este fue el primer asalto a la verdad, cuando la Serpiente engañó a Eva, diciéndole, “Tú no morirás” Esta es la razón porqué el Demonio es, el primero y delantero, el Príncipe de la mentira. El busca, antes que nada, engañar, falsificar la verdad, ocultar y cubrir la luz con su nebulosa oscuridad, porque es la luz que lo vence a él. Por tanto, Satanás siempre desea extinguir la luz. “Así las tinieblas se extienden y el humo de Satanás lo va envolviendo todo”. (10 de Marzo de 1977). Satanás reina en las tinieblas Una noche, en la antigua Basílica de Asís, San José de Copertino estaba rezando ante la tumba de San Francisco. De repente él oyó que la puerta se abría violentamente y vio entrar a un hombre. El hombre caminaba tan ruidosamente que sus pies parecían estar atados con hierro y cadenas. José lo miraba de cerca. Él notó que, cuando el hombre se acercaba, la antorcha de las lámparas se apagaron, una a una cuando él pasaba al lado, hasta que finalmente todas se extinguieron, y el intruso se paró a su lado en la más negra oscuridad. Entonces, el demonio, porque era él, atacó furiosamente a José, lo arrojó al suelo y atentó de estrangularlo. José, enseguida, llamó en alto a San Francisco, y lo vio salir de su tumba. San Francisco, sin embargo, no trató a su vez de atacar al demonio. En cambio, él fue y encendió todas las lámparas, una a una, con una pequeña vela. Y al destello de estas luces, el malvado de repente desapareció. Para San Francisco no había secreto, que es la luz que vence al demonio, (de San José de Copertino, por Fr. Ángelo Pastrovicchi,p.81 – 82) “Las seducciones del Demonio están siendo tan insidiosas y peligrosas que ellas están consiguiendo engañar a casi todos”. En nuestra inclinación de ser seducidos, nosotros tenemos alguna semejanza con el cuento del Rey y la gente del pueblo en Hans Christian Andersen, “El nuevo traje del Emperador”. Cuando llegan al pueblo, dos estafadores de tejidos engañan a todos maravillando con estas magníficas ropas nuevas del Emperador, hechos con los más finos, exquisitos materiales del arte de tejer. Ellos decían que este material poseía la maravillosa cualidad de ser invisible a cada uno que fuera imperdonablemente estúpido. Así que, es claro, cada uno admiraba excesivamente la maravillosa ropa, que en efecto, ¡no existía! Satanás el gran timador Así también, Satanás, el gran estafador, tiene alucinando a la gente inventando insidiosamente, el excesivo espejismo maravilloso de un “Cielo sin Dios”, que en efecto, no existe de ningún modo, pero es, en efecto, una gran ilusión. Nuestra Señora nos dice: “Este mundo se va alejando cada vez más de Dios…Así cae en las tinieblas de la negación de Dios, en el engañoso espejismo de pensar que se puede prescindir de Él”.(20/11/1976). “El Paraíso, el verdadero Paraíso, no podrá jamás encontrarse en la tierra”.(15/8/1976). “La Creación sin El Creador, decae dentro de la nada”. (del Vaticano II: La Constitución en la Iglesia del Mundo Moderno). Nosotros hemos caído por la falsa promesa arrogante del astuto Tentador que una vez clamó en el desierto, “Te daré todo el poder y la Gloria de estos reinos de la tierra, porque me la han entregado a mí y yo se la doy a quien quiero. Si, pues me adoras, todo será tuyo”. (Lc.4, 6-7).     Cuantos dicen si a este Engañador ¡El espejismo! Que tentador es. Nuestra Madre Bendita dice: “Os ha hecho esclavos…
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La Madre Iglesia en el Misterio de la Navidad (II)

Signo de contradicción Iván Pojavnik. Junio 2012 En la presentación del niño Jesús en el Templo, Maria y José se miran asombrados: “Por primera vez el misterio es revelado, y es anunciado por una voz humana. No es revelado a los Doctores, ni a los Sacerdotes. Es manifestado a un anciano y a una mujer: a la gente que es humilde, pobre de espíritu. Así, de antemano, se proclama el designio: este Niño será puesto como señal de contradicción para la salvación y la ruina de muchos. Y a Mí, la Madre, una espada de dolor me traspasará el alma”. (M.2.2.1977). El Apóstol San Pablo distingue dos modos conocer a Jesús de Nazaret: “según la carne” (cfr.2Cor 5, 16) y “según el Espíritu Santo” (cfr. 2Cor 3,4-18; Ef 1,15-19; 3,3-6; 3,16-19). El Sacerdote en el templo de Jerusalén ha conocido al niño Jesús, presentado por Su Madre, según la carne, o sea de modo carnal: en un modo solo exterior y con criterio solo externo, evidentemente de manera superficial y parcial. El anciano Simeón tenía un corazón de niño, abierto a la luz divina del Espíritu Santo. Gracias a tal luz, mediante la óptica global de la eternidad, a entrado en el misterio de la Madre y el Hijo. Prendiendo en sus brazos al niño, presentado por la Madre, en cualquier modo lo ha abrazado con la capacidad de la fe: lo ha reconocido como el Hijo de Dios, el Mesías prometido y Salvador de todas las Naciones. El Padre le ha revelado el misterio de su Hijo Divino. Por el profeta Simeón, la presentación del niño-Logos de Dios se ha transformado en un gran encuentro de salvación. En su espíritu se han encontrado y conjuntado la alianza, en grado muy perfecto, su conocimiento exterior del Niño-Logos, Rey de la Gloria (=una visión micrológica de la óptica de la razón) y aquélla su interior del Niño-Logos, Rey de la Gloria (= una visión macrológica del ojo de la fe). Ahora Simeón ha celebrado la fiesta de un conocimiento integral del misterio de Cristo. “Cuando , ya mayor comience su misión, se repetirá el mismo hecho. Es expulsado de la sinagoga y obligado a huir; su voz es rechazada por los grandes: por los Doctores de la Ley, por los Escribas y los Sacerdotes”.(M.2.2.1977). Para estos doctos en teología, durante la vida pública del Señor, les era imposible “comprender que este hombre, no un Doctor, Galileo, pudiera ser realmente el Hijo de Dios.(…) Sabe todo, conoce todas las grandes profecías, pero el misterio permanece escondido” (Benedicto XVII, D. A los miembros de la Comisión teológica internacional, 1.12.2009)C. Los teólogos racionalistas conocieron a Jesús de Nazaret “según la carne” (cfr. GV8,15). Sedados por la soberbia, vivían una alianza secreta con el Padre de la Mentira y caminaban por el camino de la filiación diabólica (cfr. Gv 8, 42-47). Constituían una espiral subterránea descendente y ambigua de la teología, que constituía y falsificaba el “espíritu” de la divina Revelación y con esto el Misterio de Dios y aquél del hombre – el misterio de Cristo. Esta espiral del Anticristo seducía, engañaba y traía al subterráneo a gran parte de los sacerdotes y del pueblo elegido. A través de esta espiral atea y antiteística, el Leviatán ejercitaba de modo fuerte su dominio en el pueblo y combatía a Jesucristo. Los teólogosracionalistas eran secuaces de una “sabiduría terrena, animal, diabólica” (Ge 3,15). Esta se contrapone a la Sabiduría de Dios y como tal es la anti-sabiduría global. En la dirección escatológica y enderezada hacia el polo de la nada no promueve el culto. Desarrollando en modo sistemático tal ignorancia, la sofistica y un parasitismo espiritual que pervierte, altera y destruye el reto del saber religioso, teológico, filosófico..: vive comiendo sus víctimas. Leviatán, la serpiente huidiza y tortuosa (cfr. Is 27,1 y el “Sofista de la maldad” (San Gregorio Nazianzeno, Or. 22,5): el Maestro trascendente y Dulce del sofista (=parásito espiritual) en campo religioso, teológico, filosófico…El falso profeta, entre los cuales están los teólogos racionalistas, que son los sofistas. “Me he encontrado a menudo con los Apóstoles, para estimularlos a seguir y a creer en Jesús”. (M.8.12.1977). Viviendo en una comunión personal con Jesús de Nazaret, los Apóstoles caminaban exteriormente e interiormente detrás de Él. Lo conocían “según el cuerpo” y gracias a las Revelaciones Divinas, “según el Espíritu Santo”. Reconociendo la propia limitación, ignorancia, indignidad, así seguían a Jesús como el Hijo de Dios, y el Hijo del Hombre. Entraban así por grados, como hombres interiores, en el misterio de Cristo. Revelándoles a ellos en el Espíritu el misterio de la propia Madre, Jesús les introducía en la casa de su Corazón. Y Ella le ayudaba maternalmente en la formación de ellos en Cristo. Ejercitando las virtudes teologales y morales, los Apóstoles constituían una espiral ascendente en la teología del pueblo elegido. Junto a una salida del sendero desconocido se profundizaba y alargaba el horizonte espiritual de ellos. Y se cerraba una nueva visión global de toda la realidad. Sobre la horma de los Apóstoles una parte del pueblo elegido seguía a Jesucristo. En el milagro de Pentecostés los Apóstoles han sido transformados según el espíritu en doce fundamentos de la nueva Jerusalén polar y en estrellas luminosas de la corona espiritual de la Madre de la Iglesia. Estas palabras de Simeón son “en un cierto grado la definición de Cristo- Redentor del Mundo: “ Éste está puesto para caída y elevación de muchos en Israel y, como signo de contradicción” (Lc 2,34) Simeón se vuelve a Maria con las palabras: “Y a Ti Misma una espada te traspasará el alma…a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos” (Lc2,35) (Juan Pablo II, D. 2.2. 1996). “Sobre la Cruz Jesús se confirmará de modo definitivo como signo de contradicción”(D.2.2.1997). Jesucristo ha sido El signo de contradicción. En una relación existencial a Él se desataba al pueblo elegido en dos espirales divergente y contrapuesta. Con Él también ha sido tal signo su Madre.…
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La más alta forma de oración

En el libro de los Mensajes “A los sacerdotes hijos predilectos de la Santísima Virgen” descubrimos que nuestra Madre quiere para cada uno de nosotros que aprendamos de Ella como crecer en la más alta forma de oración:“La Contemplación”. En Diciembre, 24 de 1984, Ella nos dijo: “Seguidme por la senda de una oración incesante, que se haga coloquio de amor, de confianza  y de filial abandono al plan de Salvación del Señor nuestro Dios. Este abandono me llevaba sobre la onda de una gozosa experiencia de la presencia de mi  Hijo, a quien sentía ya de una manera muy viva, porque había llegado el momento de su nacimiento en el tiempo. Mi camino hacia Belén se convertía en un inclinarme, dulce y materno, a su divino deseo de llegar a vivir entre nosotros como hermano. Y hablaba con Él en un coloquio hecho de silencios y escuchas, de contemplación y amor, de adoración y de espera. De este modo mi incesante oración iba llenando el largo camino hasta llegar a la hospitalaria gruta” Nuestra Madre nos dice: “Seguidme”: Por tanto, no podemos negarnos a esta clara y explícita invitación. En estos Mensajes, tenemos prácticamente todos los elementos para formar esta oración de contemplación. Como Maria nos dice justamente, es una oración “incesante”, una oración de abandono al querer de Dios, de confianza,  de un gran deseo de Cristo, de amor, de silencio, de escucha y de adoración; es una gozosa y dulce oración. La Madre Bendita nos esta diciendo que la Contemplación es para todos, así que nosotros los “sacerdotes” deberíamos enseñar esta  oración a los fieles. En estas dos conferencias, yo seguiré la línea de un curso de “Contemplación” dada por el bien conocido autor Fr. Thomas Dubai, porque quiero demostrar una vez más que los mensajes de nuestra Madre Bendita, “A los sacerdotes predilectos de mi Corazón Inmaculado” vienen realmente de Dios, el Magisterio y la vida de los Santos. También tengo añadido las citas del Papa Benedicto XVI  y Juan Pablo II. El Vaticano II habla de la Contemplación 80 veces. El documento sobre la liturgia dice que los sacerdotes “deberían orar sin cesar”, y en la cita del Salmo 25: “Mis ojos están siempre fijos en el Señor”. El Papa Benedicto 16º dice: Después de la “lectio divina” la cuál constituye un real y verdadero viaje espiritual marcado en jornadas,…. procedemos a la “meditación”. Este es un momento de interior reflexión en el cuál el alma se vuelve a Dios y trata de comprender que su Palabra la esta diciendo para nosotros hoy. Luego viene la oración, en la que nosotros vamos despacio a hablar con Dios directamente. Finalmente, vamos a la contemplación. Esto nos ayuda a mantener nuestros corazones atentos a la Presencia de Cristo, cuya Palabra es una lámpara encendida en un lugar oscuro.(2º P 1:9) El Canon 663 dice: “ El primer y principal deber de todos los religiosos es de contemplar todas las cosas divinas y la constante unión con Dios en la oración”. Como hemos oído a nuestro Papa, que es desde la Sagrada Escritura, que comprenderemos que la Contemplación es para todos, no sólo para los religiosos. La Sagrada Escritura y la Contemplación Nuestra Señora nos guía hacia la fuente misma de la oración: La Sagrada Escritura “Sea el vuestro un silencio interior, que os conduzca a escuchar con amor y con fe, la sola Palabra de Dios. El Evangelio de Jesús sea la única Palabra de vida que busquéis, que recibáis, que améis y viváis. Sea el vuestro, aquel silencio interior que os conduzca a la contemplación y a la oración. Que sea más intensa vuestra oración, que sea una verdadera plegaria del corazón, que vosotros hacéis Conmigo y por medio de Mí. (1/5/1993). Deberíamos notar que Nuestra Madre Bendita nos dice que es una oración  “hecha Conmigo y por medio de Mí”. Sabemos cuántas veces Juan Pablo 11 y Benedicto XVI han hablado y escrito de esto. Citamos algunas líneas de la carta Rosarium Virginis Mariae: La Contemplación de Cristo tiene un modelo incomparable en Maria….Maria vive con los ojos fijos en Cristo, atesorando cada palabra…Maria pone delante de los fieles los misterios de su Hijo, con el deseo que la Contemplación de aquellos misterios dejará todo su poder salvador.      (Rosarium Virginis Mariae, 11). De acuerdo a la Sagrada Escritura, la cosa más importante es nuestra unión con Dios: “ Se te ha hecho saber, hombre, lo que es bueno; lo que Yahvé quiere de ti: tan sólo respetar el derecho, amar la lealtad y proceder humildemente con tu Dios”. (Mi 6,8) Proceder humildemente con tu Dios, significa, a vivir en una continua contemplación, con los ojos de tu alma, siempre fijos en Dios. Desde que estamos consagrados al Corazón Inmaculado de Maria, este proceder está hecho con Ella, “Yo misma tomaré tu mano…Contigo yo soy una Madre que está enseñando a su criatura a dar sus primeros pasos”. Sal 27: 4 dice :“Una cosa yo pido al Señor, es lo que ando buscando: morar en la casa de Yavhé todos los días de mí vida”. La casa del Señor es Maria, y para nosotros es su Corazón. Cuando imitamos a San Juan y “la acogemos en nuestra casa, nuestra casa se convierte en el Templo del Señor. A este respecto,  Benedicto XVI dice: La expresión “accepit eam in sua” es singularmente firme. Indica la decisión de Juan de que Maria comparta su propia vida, abre su corazón a Maria y es realmente aceptado por Ella. 2) Escenas de la contemplación: En el siguiente mensaje Maria nos dice como Jesús ama de recogerse en oración; de estar sólo y gozar de la vista hermosa  alrededor de Él. “Todo se ha hecho como voz para la gran oración de mi Hijo Jesús, para su ardiente sed de soledad, y su natural deseo de vivir en compañía con el Padre”. (24/ 7/ 1975) Jesús, nuestro Maestro, fue a orar, solo: “De madrugada, cuando todavía estaba oscuro, se…
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La oración del sacerdote consagrado

La oración del Sacerdote Consagrado al Inmaculado Corazón de Maria             “La verdadera oración es la fuerza que guía al mundo que se mantiene abierta a Dios. Por ésta razón sin oración no hay esperanza pero solamente, ilusión”. (homilía en la Basílica de Sta. Sabina, al comienzo del 2008). “La primera cosa esencial para aprender a tener esperanza es la oración. Cuando nadie más me escuche a mí, Dios siempre me escucha a mí. Cuando no pueda hablar a nadie más, yo puedo siempre hablar con Dios…Él puede ayudarme… Cuando estoy    completamente sólo…; si yo oro no estoy totalmente sólo”.  (Benedicto XVI: Spe salvi, 32). El mensaje completo de Fátima está contenido en dos palabras: “Orad, orad mucho” Los Corazones de Jesús y Maria tienen designios misericordiosos para vosotros. Ofreced oraciones y sacrificios constantemente a la Santísima Trinidad”. (La invitación del Ángel de Portugal). ¡Velad y orad todos vosotros, Sacerdotes fieles a Mí! (28 de Julio de 1973). Para vencer la batalla que se aproxima os quiero dar un arma: la oración. “Olvidaos de toda otra cosa y habituaos a utilizar sólo ésta arma. Los tiempos decisivos han llegado y no hay ya tiempo para ciertas cosas vanas y superfluas. No hay tiempo para inútiles discusiones, no hay ya tiempo de charlas y de proyectos: éste es sólo tiempo de oración. Sacerdotes de mi Movimiento, ofreceos a Mí para que Yo Misma, en vosotros y con vosotros, pueda siempre rogar e interceder ante mí Hijo por la salvación del mundo. Tengo necesidad de vosotros y de vuestra oración para llevar a cabo el gran designio del triunfo de mí Corazón Inmaculado en el mundo”.  (19 de Diciembre de 1973). La petición dolorosa que Nuestra Madre hace a los sacerdotes puede encontrarse en el hermoso mensaje del 20 de Mayo de 1974: “Cada día que pasa te quiero cada vez más cerca de mí Corazón Inmaculado: lejos de las vicisitudes, de los acontecimientos que tanto trastornan el mundo y turban a la Iglesia, para quedarte sólo Conmigo. Conmigo te quiero en la oración. Son momentos éstos, tan importantes y graves, que requieren de mis Sacerdotes mucha, mucha oración. La oración de mis Sacerdotes es necesaria para la salvación del mundo… El sufrimiento de cada jornada os dará presteza para una continua oración. Se avecinan momentos tan graves que vosotros mismos ni siquiera podéis imaginar. Y entonces quiero prepararos para que en el momento oportuno podáis estar siempre dispuestos. Por eso os llamo a la oración”. (20 de Mayo de 1974). “Te he dicho ya muchas veces lo que debes hacer, y ahora te lo repito: tú ora, permanece siempre en oración en mí Corazón: de mí Movimiento me encargaré Yo misma”.    (23 de Octubre de 1974). La labor del M.S.M. es la de ayudar intensamente al mundo de volver a Dios. Esto es porqué Nuestra Madre Celestial  sugiere que nosotros mismos seamos los instrumentos de Su Venida, no con discursos vanos e inútiles discusiones, pero por la vía de la oración y de la Penitencia. “Os invito a una amorosa cruzada de oración reparadora y penitencia”. (1/1/1981). ¡Orad, amad, haced penitencia! “ Caminad  por la senda de la humildad, de la pequeñez, del desprecio del mundo y de vosotros mismos”. (29 de Junio de 1983). “Otro peligro que os amenaza es el dejaros absorber por una acción desordenada, olvidando así la fuerza poderosa que tiene la oración, para obtener la gracia de la conversión para tantos de mis pobres hijos míos pecadores. Entonces Yo os he invitado a orar mucho por la conversión de los pecadores, mostrándoos, a través de mí hijita Bernardette, cómo la oración más eficaz y preferida por Mí, es la del Santo Rosario”.  (11 de Febrero de 1993). “Es voluntad de Dios, que cumpláis con perfección las obligaciones de vuestro estado sacerdotal. Es voluntad de Dios que deis un espacio importante a la vida de oración y de profunda unión con Él. Ved porqué os conduzco a una escrupulosa observancia de vuestras prácticas de piedad: no paséis por alto el Oficio Divino; vuestra meditación cotidiana hacedla con calma y con amor; recitad diariamente en unión Conmigo el Santo Rosario; que la Santa Misa, celebrada y vivida por vosotros, sea el punto de referencia de toda vuestra jornada”.      (2 de Febrero de 1986). En el acto de Consagración que nosotros los sacerdotes del M.S.M. hacemos al Corazón Inmaculado de Maria, decimos… “Y mientras queremos confiarte, Madre Dulcísima y Misericordiosa, nuestro Sacerdocio, para que Tú dispongas de Él  para tus designios de salvación en ésta hora decisiva que pesa sobre el mundo; nos comprometemos a vivirlo según tus deseos; particularmente, en cuanto se refiere a un renovado espíritu de oración y de penitencia, a la celebración fervorosa de la Sagrada Eucaristía y de la liturgia de las horas, al rezo diario del Santo Rosario, al ofrecimiento a Ti de la Santa Misa el primer Sábado de cada mes”.    La  primera senda que nuestra Madre quiere que caminemos en el M.S.M., y que nosotros debemos tratar de seguir, es la de vivir unidos a Jesús, porque es Ella quien nos mantiene unidos a Jesús. Ella nos quiere formar en otro Jesús. “Que grande es la alegría que siente mí Corazón de Madre cuando os puedo conducir a todos como homenaje perfumado y precioso, para ofrecérselo a mí Hijo Jesús, realmente presente en el Sacramento de la Eucaristía… Hoy mí Corazón de Madre está entristecido y profundamente herido porque veo que, en torno a la divina presencia de Jesús en la Eucaristía, hay tanto vacío, tanto abandono, tanta incuria, tanto silencio. Iglesia peregrina… hoy quiero traerte aquí Conmigo, postrada delante de cada Tabernáculo, en un acto de perpetua adoración y reparación, para que tú también puedas repetir el gesto que siempre está realizando tu Madre Celeste”. (21/8/1987). En otras palabras, Ella nos dice que la oración de los sacerdotes debe volverse una continua oración Eucarística. El primer y fundamental deseo…
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